Ayer en la mañana regresamos Josefina y yo a Bucolia (Soledad, California), esta pequeña población de poco más de 28,000 habitantes, la cual se encuentra al nivel del mar y goza de la atmósfera más limpia de Estados Unidos.
El contraste con la Ciudad de México no podría ser mayor. Sin embargo, déjame decirte que apenas llevo día y medio aquí y ya extraño mi turbulenta tierra natal.
Recuerdo una vez más las palabras de Luis Cardoza y Aragón: "No amamos nuestra tierra por grande y poderosa, por débil y pequeña, por sus nieves y noches blancas o diluvio solar. La amamos, simplemente, porque es la nuestra".
El contraste con la Ciudad de México no podría ser mayor. Sin embargo, déjame decirte que apenas llevo día y medio aquí y ya extraño mi turbulenta tierra natal.
Recuerdo una vez más las palabras de Luis Cardoza y Aragón: "No amamos nuestra tierra por grande y poderosa, por débil y pequeña, por sus nieves y noches blancas o diluvio solar. La amamos, simplemente, porque es la nuestra".
Acabo de comprar, gracias a tu recomendación, el libro El deshabitado, de Javier Sicilia, en una versión electrónica cuya lectura pospondré para esta tarde.
Siempre he sentido por Javier Sicilia el máximo respeto y admiración.
Veo que, desde la dedicatoria, se encuentra este libro transido de dolor: "A Las víctimas y a quienes han hecho suyo y acompañado el dolor".
Estas palabras me recuerdan las de Beatriz Zalce de Guerrif : "Es bonita la palabra condolencia: parece que lleva implícito un abrazo que hermana en el dolor".
(Te invito a que visites mi blog
lacitacotidiana.blogspot.com)
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