Fernando Díez de Urdanivia, periodista, escritor, catedrático, promotor cultural y editor mexicano, recuerda que hoy, 22 de mayo del 2017, se cumplen cien años del nacimiento de Francisco Liguori Jiménez, conocido popularmente como
Pancho Liguori, con quien lo ligó una amistad de toda la vida.
En su libro Saldaña y Veracruz, Veracruz y Saldaña, Díez de Urdanivia afirma que Liguori fue poeta que domino el epigrama como pocos. "Como suele decirse --añade--, en sus gracejos mordaces no dejo títere con cabeza".
Abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México y maestro de la Escuela Nacional Preparatoria, le rindieron homenaje al poner su nombre a una calle de Orizaba, su ciudad natal.
Convertido en poema, así expresó Pancho Liguori su agradecimiento:
Madre Orizaba, ya que soy tu hijo
según tú lo declaras, predilecto,
quiero expresarte mi filial afecto,
corresponderte con mi amor prolijo.
Hijo pródigo fui, pero hoy corrijo
el nivel de mi exceso y mi defecto,
y me presento a ti, casi provecto,
mas remozado para el regocijo.
Húmeda madre tierra, alegre y brava
tú me diste el humor y la ironía;
el parlar ambulante que alentaba
a forjar la satírica poesía.
Si me alejé de ti, madre Orizaba,
hoy me quedo en la calle, tuya y mía.
Reflexiona Díez de Urdanivia:
"Los muchachos actuales necesitan saber que en el México de 1950 existía una institución tradicional llamada cantina, donde se mostraba el machismo prohibiendo el acceso a las faldas y prodigando palabrotas, que fue uno de los ámbitos predilectos de Liguori, porque allí se cultivaban las más entrañables amistades".
Concluye:
"Si alguna enseñanza deja este hombre excepcional a los jóvenes de hoy, es la del dominio del lenguaje y del trato social".
Como ejemplo del ingenio del genial orizabeño, Díez de Urdanivia, autor del libro Pancho Liguori, presencia de un poeta en el mundo del humor, cita esta joya en la que une gracejo y albur para referirse a la obra maestra de Mariano Azuela, el iniciador de la novela de la Revolución:
Ya se rumora en la escuela,
en son de chunga y relajo,
que al caro maestro Azuela
pesan mucho Los de Abajo.
Buenísimos y muy ingeniosos los entrañables epigramas de Pancho Liguori. ¡Qué bueno que recordemos a este genio de la pluma y de la picaresca, gracias al merecido homenaje que le hace el reconocido escritor Fernando Díez de Urdanivia!
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