Cartas a la soprano Martha Mejía
Soledad, California, 27 de mayo del 2018
Querida Martha,
Un deleite que no cesa: la canción "Tránsito", última de tu disco Cuba para dos, la serendipia del año.
Esta canción de concierto, surgida de un pequeño diamante de Tagore tallado por Juan Ramón Jiménez y el genio de la compositora cubana Gisela Hernández (1912-1971), es el cierre perfecto de tu recital.
Sobre este breve texto, escuchamos conmovidos los melismas que enriquecen en registro grave las palabras que, surgidas del bengalí, pasaron al inglés y tomaron nuevo aliento gracias a Juan Ramón y a Zenobia Camprubí Aymar, su esposa:
Cuando se rompan las cuerdas de mi laúd
y callen mis canciones,
partiré cielo arriba,
hacia el recinto eterno de las estrellas.
Quizá acierte el crítico Howard Young al afirmar que Jiménez y Zenobia crearon al Tagore andaluz, pero yo me quedo con él, como lo hago con el Whitman de las paráfrasis de León Felipe.
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