Soledad, California, 21 de enero del 2014
Querida Laura:
“Ha comenzado el año con una desgracia”. Así lo dijo Edmundo de Amicis en un pasaje de Corazón, libro muy popular en mi infancia, que quizá tu hayas llegado a leer.
Ha comenzado el año con una desgracia, una pérdida para el mundo de la música, por más que ya era de esperarse: la muerte de Claudio Abbado.
Transcribo para ti la carta recibida de Eduardo Diazmuñoz, a quien recuerdo con afecto por aquellas temporadas inolvidables en las que estuvo al frente de la Orquesta Sinfónica del Estado de México:
Queridos todos,
Solo una breve nota para compartirles mi desazón por la noticia con la que despertamos hoy. El esperado pero doloroso fallecimiento del mejor director de orquesta de la segunda mitad del Siglo XX y la primera del actual (al menos para mí) quien además, fue un ser humano excepcional. Quizá ya lo hayan leído o se hayan enterado pero solo quiero unirme a la pena mundial por su deceso y compartirles que ciertamente fue uno de los artistas más notables y hombres más sobresalientes a quien tuve el honor y privilegio de conocer, aunque brevemente.
Que descanse en paz Claudio Abbado y que reciba nuestro continuo agradecimiento por su magnífico y rico legado, por habernos dado tanto y a un nivel humano y artístico celestial.
Uno de sus últimos conciertos. (Disculpen si se los compartí hace unos meses y ahora va otra vez). Disfruten éste insuperable nivel de Arte, al que nos "mal-acostumbró". Ciertamente el mundo es menos bueno sin él.
https://www.youtube.com/watch?v=WCBwbQTDLKQ
Saludos afectuosamente tristones... (ni modo, es inevitable).
Eduardo Diazmuñoz
......
El vínculo ofrecido por el maestro me llevó a ver y escuchar asombrado una versión egregia de los seis Conciertos de Brandenburgo de Johann Sebastian Bach, dirigidos por Claudio Abbado al frente de la Orquesta Mozart de la Real Academia Filarmónica de Bolonia, en el Teatro Municipal Valli (Reggio Emilia), en 2007.
Para que el gozo estético fuera perfecto, esta mañana escuché en la radiodifusora Classical New England (99.5), de la ciudad de Lowell, Massachusetts, una interpretación insuperable (traduzco el adjetivo del locutor) de Claudio Abbado: la Octava sinfonía, Inconclusa, de Schubert, en su última presentación en el Festival de Lucerna, durante el verano pasado.
“Lo que cuenta en una orquesta es la pasión y la manera de tocar”, dijo Claudio, como el quería que se le llamara, en lugar de “maestro”. Así tocaban, bajo su batuta, los instrumentistas de las orquestas que dirigió.
No comments:
Post a Comment