Saturday, June 17, 2017

Sabines. Apuntes biográficos, de Pilar Jiménez Trejo

Acabo de concluir, profundamente conmovido, la lectura del libro Sabines. Apuntes biográficos, de Pilar Jiménez Trejo.


Recurro a términos propios de la música para decir que me prepuse leer este valioso testimonio a un tempo lento a capriccio, propicio para el deleite reposado. No había avanzado mucho en la lectura cuando sentí que estaba haciéndolo con molto sentimento d'affetto. ¡Había sido conquistado!


La charla de Jaime Sabines, sus confidencias, comentarios, juicios políticos y artísticos heterodoxos; anécdotas y relatos salpicados de un lenguaje sencillo, punzante y a veces pintoresco que no desdeña palabras condenadas por  los puritanos, me hicieron pasar días que quedarán para perpetua memoria. 


Había surgido el prodigio de que considerara como un amigo muy íntimo y querido a quien nunca traté en persona. Hubo momentos en que quise que hubiera compartido conmigo su taza matutina de café chiapaneco y aun haber tomado unos tragos con él.


No menos prodigiosa fue la forma en que la autora cede la palabra al biografiado al grado de que ella desaparecer  por completo.


Las conversaciones de Jaime Sabines con Pilar, sostenidas a lo largo de los años y recopiladas amorosamente por ella, quedarán como un testimonio de incalculable valor sobre la vida y la obra de nuestro poeta bienamado.


Sobre Sabines. Apuntes biográficos habrá mucho que comentar en este blog, por lo que este texto mío es el primer paso de un largo camino.


                                








  

Saturday, June 10, 2017

Seminario de periodismo cultural en la Septién García

Comparto con los lectores de este blog la revista digital que fue fruto de los trabajos de alumnos del Seminario de Periodismo Cultural 2017, matutino, inscritos en el octavo semestre de la carrera de Licenciado en Periodismo de la Septién García, en la Ciudad de México, la institución educativa más antigua y prestigiada del país en su especialidad.


Este Seminario de Periodismo Cultural 2017 fue impartido por Beatriz Zalce de Guerrif, periodista, catedrática, promotora cultural, autora del libro Como gotas de ámbar. Memorias de René Villanueva,


En la revista digital se encuentran los testimonios de personas que fueron invitadas a compartir con los alumnos sus experiencias laborales en el mundo de la cultura.


Los ponentes aquí mencionados se encuentran en el orden de aparición en esta revista digital y se indica la forma en que fueron presentados:


. Jose Alfredo Páramo, melómano de tiempo completo.


. Édgar Anaya, escritor por convicción, viajero por elección.


. Marina Taibo y Eduardo Castillo, de la Brigada para leer en libertad.


. Esmeralda Ríos. El dibujo, un estilo de vida. 


. Gibrán Bazán, director cinematográfico.



Solo debe darse clik en el nombre y automáticamente se abrirá el trabajo.


https://seminariocultural.atavist.com/?566


Seminario Cultural

seminariocultural.atavist.com





Tuesday, June 6, 2017

Mi primer encuentro con el mar

       Mi primer encuentro con el mar


                                                               Para Maricarmen, 

                                                               quien conoce

                                                               el poder de la empatía



En mis años crepusculares conservo nostálgico el recuerdo de mi primer encuentro con el mar. Ocurrió el 18 de mayo de 1944, día de mi décimo cumpleaños. Habíamos llegado por la noche y nos encontrábamos en una terraza de la casa de Ángela, mi tía abuela, situada en lo alto del cerro de la Pinzona, entre la bahía de Acapulco y el mar abierto. 


La brisa marina humedeció mi rostro y tanto ella como el canto de las olas y el perfume del océano anidaron en mi alma para siempre.


A la mañana siguiente, el paisaje marino me cautivó al grado de que corrí a rogar a mi abuela  Julia y a mi tía que no tardaran en llevarme a la playa. No solo me dieron gusto, sino que Ángela pidió al mayordomo, un viejo pescador moreno y curtido por el sol, que me acompañara a pescar en compañía de mi prima Mayita.


Este hombre paciente y bondadoso escogió un paraje que me pareció la puerta del paraíso. Mi primer contacto cercano con el mar no podía haber sido más afortunado.


Los sitios que fui conociendo a partir de ese día me llevaron de asombro en asombro. Poco tiempo después, llegaron a la casa de mi tía Ángela, procedentes de la Ciudad de México como lo habíamos hecho nosotros, unos primos de mamá y por tanto, tíos míos.


Aun cuando yo los veía como personas muy respetables y de avanzada edad, muchos decenios después llegué a la conclusión de que eran unos jovencitos alegres, juguetones e inexpertos.


Como les llamó la atención que sintiera yo tan marcada fascinación por el mar, me invitaron a una "pequeña travesía marina" que nos llevaría desde la playa de Caleta hasta la isla de la Roqueta. Con una actitud que ahora considero propia del  candor infantil, supuse que navegaríamos, si no en un barco, cuando menos en un velero.


Para sorpresa mía, al llegar a la playa de Caleta mis parientes alquilaron dos diminutas tablas deslizadoras. Uno de ellos (de cuyo nombre no debo acordarme) me colocó en la parte delantera de la suya y me dijo que él se encargaría de remar desde la parte posterior. 



Me estremeció entonces el presentimiento de que estaba a punto de ver una película de terror, pero recordé que tenía yo que ser "muy hombrecito" y en cuanto zarpamos, me aferré a los bordes de la tabla, tan cercanos uno del otro que podía alcanzarlos fácilmente.


Puesto que siempre he sido un "marinero de agua dulce", como me llamaba socarronamente mi tía Edna, me muestro incapaz de precisar en términos náuticos la distancia de Caleta a la Roqueta, pero aún hoy me parece que esta es considerable. No sabía entonces que entre el litoral y la isla se extiende el profundísimo canal de Boca Chica y que el oleaje no es nada despreciable.


Mi temor fue en un prolongado crescendo conforme nos alejábamos de la playa. A la angustia por la convicción de que no estaba yo seguro en esa endeble tablilla, sobre todo porque no sabía nadar, se añadieron las ocasionales burlas de mis  tíos, que quizá consideraban ridículo el espectáculo que estaba yo dando. 


Cómo me dolió entonces comprobar su incapacidad para percatarse de mi preocupación y mi sufrimiento; incapacidad moral que en la actualidad recibe el nombre de falta de empatía.




Llegamos por fin a las cercanías de la playa de la isla Roqueta, pero nos encontrábamos aún en un sitio en el que no podíamos tocar fondo. Entonces, mi tío procedió a hacerme víctima de la jugarreta final: volcó la tabla para que yo cayera al agua. 


Sentí entonces pánico por la posibilidad de ahogarme; pero aunque él no me auxilió, logré aferrarme desesperadamente a la tabla y subir a ella.


Fueron tan estridentes mis gritos que unos señores se acercaron a mis tíos y les preguntaron si aceptaban que me regresara con ellos a Caleta, a la que estaban a punto de zarpar en una barquilla rústica. 


Vi en este ofrecimiento mi salvación, pero creí por un momento que mis tíos no lo aceptarían. Rogué a Dios que se valiera de aquellos ángeles guardianes. El Señor escuchó mi súplica y el viaje de regreso fue un alivio tan grande que ya libre de temores, volví a gozar del mar.


Esperé a mis tíos en Caleta. Tardaron en regresar. Cuando me preguntaron burlones si en verdad m había asustado, estaba tan absorto por el diálogo del viento y el mar que no les respondí.  


*


Posdata escrita siete decenios después del hecho relatado:


"Los adoradores del océano vienen de tierra adentro" 

(Álvaro Mutis (1923-2013)





Monday, June 5, 2017

Pungarabato. Historia de vida y muerte

Una de las mejores sorpresas que ha recibido  últimamente el autor de este blog consagrado a la música y a la literatura, dos de las manifestaciones más nobles del ser humano, ha sido la lectura de la novela intitulada Pungarabato. Historia de vida y muerte, de Fátima Soto.

A tal grado quedé cautivado por ella, que una vez concluida la lectura del breve libro regresé a la primera página y volví a leerlo. No lo hice porque  haya tratado de comprender mejor la trama, sino con el fin de deleitarme nuevamente con su prosa que mucho tiene de poética y  alcanza gran belleza en algunos momentos.

De la constelación de metáforas e imágenes, ofrezco aquí tres luceros:

"Desnudos, ambos cuerpos semejaban un eclipse;  la noche y el día tornaban en cada vuelco".

"Para quebrantar el alma, las palabras son más efectivas que los golpes".

"El llanto reprimido desbordó el continente de sus pequeños ojos".

"Purificados, libres de la cadena anclada en el ayer, cada uno salió al encuentro con su presente".


Esta belleza contrasta con la crudeza de un relato realista, puesto que la autora recorre la vida de los miembros de una familia enfrentados a situaciones que van desde los sinsabores de la vida cotidiana, hasta las que están llagadas por la angustia, el dolor y la muerte. "Todo se explica por la naturaleza humana", concluye una de las mujeres en la página final. Y tiene razón: en último término, no hay familia que se encuentre a salvo de sismos y marejadas que afectan de diversa manera a sus miembros.

Con un profundo conocimiento del alma y una perspicacia asombrosa, Fátima Soto describe el carácter de los personajes en sus momentos de grandeza y miseria; debilidad y fortaleza; honradez y deshonestidad: amor y aborrecimiento; aroma y pestilencia; sinceridad e hipocresía. 


Pungarabato es un municipio del estado de Guerrero, en la región de la Tierra Caliente. Su cabecera municipal, llamada actualmente Ciudad Altamirano, tambien se llamaba Pungarabato; pero la autora no hace descripción alguna del pueblo ni del municipio en toda la novela.

Con la excepción de uno de sus personajes que vive en Chicago, los demás se encuentran en la Ciudad de México y hay menciones precisas de algunos lugares como el Panteón Francés de San Joaquín, la Alameda de la colonia Santa María y Garibaldi.

En algunos pasajes, asoma preciso y auténtico el lenguaje coloquial:

"La pipiolera de chamacos".

"Sin un quinto para el entierro".

"Soltaron el borrego de que lavaba dinero".

"También le cargaron los muertitos de Apatzingán".

"El lidercillo".

Por cierto que este lidercillo sindical que ya no le servía al gobierno era el cacique de la gasera Vimex, nombre que resulta una evidente alusión al de Pemex.

En el pasaje que dice "los viejos despojos (del abuelo) reposarán sobre el regazo del nuevo cadáver" parece escucharse el eco de la novela Pedro Páramo:

"Me enterraron en tu misma sepultura y cupe muy bien en el hueco de tus brazos".



La novela Pungarabato está precedida por el texto Palabras preliminares escrito por Juan Antonio Rosado Zacarías, quien cuenta entre otros títulos con el de doctor en Letras por la UNAM. Entre sus comentarios, sobresale este:

"Cifrada por el dolor, Pungarabato, obra llena de poesía y plasticidad, alejada del maniqueísmo simplista, nos sorprende por los distintos rumbos adonde se dirige cada personaje, así como por el manejo de los diversos puntos de vista sobre determinados hechos".


  • Al elogio de esta novela de Fátima Soto, debe añadirse el de su decisión de publicarla en plataforma electrónica (Amazon), con los innumerables beneficios inherentes del libro digital o ciberlibro, entre los que destaca su inmediata disponibilidad en todo el mundo.


                 


        

Saturday, June 3, 2017

Cántico de las criaturas

Laudato si', mi' Signore, per sora 

nostra matre Terra,

la quale ne sustenta et governa,

et produce diversi fructi con 

coloriti flori et herba.


Cantico delle creature




Alabado seas, mi Señor, por la 

hermana nuestra madre Tierra,

la cual nos sostiene y gobierna

y produce diversos frutos con 

coloridas flores y hierbas.


Cántico de las criaturas


Giovanni di Pietro Bernardoni,

mejor conocido como Francesco d'Assisi 

(1181 o 1182 - 1226)