Thursday, May 26, 2016

Garcia Lorca en inglés

Aun cuando la traducción al inglés de un poema de Federico García Lorca (1898-1936) presenta serios problemas e inevitablemente se pierden el genio de su autor y la resonancia del lenguaje, el trabajo del poeta estadounidense  Keith Waldrop (nacido en 1932), que presento ahora, demuestra que no es aquella una misión imposible.

La versión está tomada del libro Literature. An Introduction to Fiction, Poetry, and Drama, de X.J. Kennedy.  Esta editado por Little, Brown and Company, de Boston, en 1987.


 La guitarra

Empieza el llanto 
de la guitarra. 
Se rompen las copas 
de la madrugada. 
Empieza el llanto 
de la guitarra. 
Es inútil 
callarla. 
Es imposible
callarla.
Llora monótona
como llora el agua, 
como llora el viento 
sobre la nevada. 
Es imposible
callarla.
Llora por cosas
lejanas. 
Arena del Sur caliente 
que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco,
la tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
 ¡Oh, guitarra!
Corazón malherido 
por cinco espadas.

*

Guitar 

Begins the crying
of the guitar.
From earliest dawn
the strokes are breaking.
Begins the crying
of the guitar.
It is futile
to stop its sound.
It is impossible
to stop its sound.
It is crying a monotone
like the crying of water,
like the crying of wind
overt fallen snow.
It is impossible
to stop its sound.
Its crying over things
far off.
Burning sand of the South
which covers white camelias.
It is crying the arrow without aim,
the evening without tomorrow,
and the first dead bird on the branch.
O guitar!
Heart heavily wounded
by five sharp swords.


El poeta estadounidense Keith Waldrop, premio al mejor traductor de poesía en 2014

Friday, May 13, 2016

Abandonados, novela histórica de Julia Guerra

Con su libro Abandonados, la periodista potosina Julia Guerra Molina, radicada en la Ciudad de México, ha entrado en el mundo de la novela histórica por una de esas puerta que solamente se abren en los jubileos más solemnes.

Escogió para el relato que mantiene cautivo al lector a lo largo de 250 páginas un episodio trágico y relativamente desconocido en el que hombres y mujeres custodiaron un diminuto jirón de tierra mexicana en el océano Pacífico, a 1,200 kilómetros del puerto de Acapulco. 

Tras el estallido de la Revolución, fueron espaciándose los envíos de suministros que les hacían hasta que la situación adquirió tintes de catástrofe. La  suerte quedó sellada cuando los que estaban enterados de lo sucedido en aquel remoto sitio acudieron a pedir auxilio al gobierno carrancista y este respondió así: "Si son federales, que se chinguen".

La isla de Clipperton (llamada anteriormente De la Pasión), escenario de esta tragedia, fue "heredada" por España a México tras la independencia. Pasó a formar parte de los territorios franceses de ultramar poco tiempo después de que el capitán Ramón Arnaud Vignon, designado gobernador de la isla por el presidente Porfirio Díaz, defendió heroicamente la soberanía nacional acompañado por su familia y un reducido grupo de hombres y mujeres.


Así lo dice la autora:

"Abandonados narra una historia verídica, inspirada por la entrevista que realicé a Pedro Ramón Arnaud Rovira, hijo del capitán Arnaud Vignon hace más de treinta años. La emoción y detalles con que narró su vida fueron tan impactantes que insistí en volver a verlo para profundizar en su relato y hacer posible esta historia".

Inicialmente, Julia Guerra escogió para su novela el título Clipperton, nuestro territorio perdido, pero según su testimonio, le comentaron que como pocas personas sabían de la existencia de Clipperton, iba a suponerse que se refería a Texas.

Cuando los editores le propusieron Abandonados, trató de rechazar la recomendación "porque el nombre decía demasiado de la novela". Finalmente, considera que cuando menos debió haberle puesto Abandonados en Clipperton.

En realidad, en nada disminuye el interés de la trama el conocimiento del desenlace, ya que los hechos relatados poseen en sí un dramatismo que, sin exageración, hacen que este sea uno de los libros que, de acuerdo con la frase hecha, "se leen de una sentada".

A los lectores que suelen desconfiar de las novelas históricas porque les parece que están más cerca de la ficción que de la realidad, les aseguro que esta opera prima de Julia Guerra es el fruto de una rigurosa investigación y del propósito que se hizo (y cumplió) de atenerse a lo acontecido.

Julia Guerra ha iniciado la escritura de otro libro porque "mientras las noticias periodísticas son cada día más tremendas, creo que es bueno escaparse un poco de la realidad actual y repasar épocas lejanas".

La calidad de Abandonados nos hace esperar con anticipado deleite su nueva novela.


(Editorial Coyt Start S.A. de C.V.  México, 2015)

 

Thursday, May 12, 2016

Doña Cástula

(A la memoria de Macaria Lázaro Ayala, la india purépecha que fue el ángel custodio de mi infancia)


En la entrevista que Beatriz Zalce hizo a la egregia poeta mexicana Dolores Castro, publicada en el número 31 (4 de abril del 2016) de La Digna Metáfora, periódico cultural de la Ciudad de México, aparece una pléyade de personajes entre los que se encuentran, por citar unos cuantos de ellos, José Vasconcelos, Rosario Castellanos, Dámaso y Amado Alonso, Óscar Oliva, Roberto López Moreno, Alejandro Avilés, Javier Peñalosa, el padre Méndez Plancarte, Roberto Cabral del Hoyo... y doña Cástula.

En un pasaje de la entrevista, Beatriz Zalce dice:

"De la cocina de doña Cástula, quien lleva cincuenta años con la familia Peñalosa Castro, escapan aromas exquisitos..."

La fidelidad y el cariño de doña Cástula por la familia a la que consagró su vida y su esfuerzo me recordaron a una de las mujeres más admirables que he conocido en mi vida: Macaria Lázaro Ayala, Maca, modelo de humildad, generosidad y sabiduría que supo escuchar, comprender y consolar al chiquillo acongojado por lo que Rubén Darío, otro acongojado, sintetizó con estas palabras: "Dime que este espantoso horror de la agonía que me obsede (el sañudo infierno) es no más de mi culpa nefanda, que al morir hallaré la luz de un nuevo día".

Reproduzco aquí, en honor de aquella mujer, el poema Cástula, de Dolores Castro, publicado en el libro Viento quebrado. Poesía reunida (Fondfo de Cultura Económica. México, 2010):

 Al alba se levanta y desde entonces 
el polvo huye de tocar sus manos 
siempre prontas al orden, y esplendor. 

Si otros aman el oro, 
ella lo que brilla de limpio. 

Emparentada con la yerbabuena, el anís, 
la hojasanta, 
madre y hermana de la madreselva y el limonero 
alegría del siempre sediento jardín,
("...las plantas tienen sed 
y ellas, las pobrecitas, no saben hablar")
alma del jardín, 
alma de la casa, 
reina en su territorio, la cocina, 
brilla en el comedor, 
multiplica 
panes y peces. 

Es compañía en duelos y pesares, 
sabia en consejos, justa 
cada día.

Se llama Cástula 
y como el agua de san Francisco es
casta, limpia, clara, diáfana.


Wednesday, May 11, 2016

Columna Allegro Molto de hace 15 años

Hace 15 años, publiqué en la columna Allegro Molto un texto que ha sido exhumado para sorpresa mía, como puede deducirse por la carta que aquí transcribo a manera de introducción:

Querido Héctor,

Qué sorpresa tan grande he recibido con el envío de un breve texto sobren La consagración de la primavera que escribí para La Plaza del periódico El Economista en 2001, del que no tenía el menor recuerdo.

En verdad que eleva mi autoestima el hecho de que lo hayas guardado.

Te lo agradezco mucho porque quiero publicarlo en mi blog, ya que sigo fascinado por esta obra maestra de Stravinsky.

Recibe un nuevo, muy cariñoso abrazo.



                                                        Amada de 88 años

 Ya no tiene la lozanía de antaño: sus ojos han perdido el brillo cautivador que los caracterizaba; numerosas arrugas delatoras surcan su rostro fatigado; sus labios han dejado de ser provocativos… pero así la quiero con todo mi corazón.

Darme cuenta de su envejecimiento y sentir su fascinación como en los días de su juventud da la medida de mi amor. Lástima que ya no esté tan seguro de llegar al 2013 cuando cumplirá cien años porque si algo quisiera en la vida es estar presente en su festejo.

Al final del concierto del domingo 24 de junio de 2001 en la Sala Nezahualcóyotl de la Ciudad de Mexico, el cronista se acerco a Ronald Zollman para confiarle su tribulación: "Cada vez escucho más clásica y menos moderna, subversiva, inquietante, provocativa y apasionada La consagración de la primavera ".

"Por supuesto (dijo el director titular de la Orquesta Filarmónica de laUNAM que acababa de dirigirla), ya tiene cien años".

Esta es una deliciosa exageración, puesto que apenas cumplió 88 años el 8 de marzo pasado (día en que Stravinsky concluyó su orquestación), pero situó al cronista en la realidad: también las partituras nacen, crecen, se reproducen y mueren.

Rechazo escandalizado la idea de que, a este paso, La consagración llegue sonar tan insípida y poco agraciada, como parece a nuestros oídos la música de Giovanni Pierluigi da Palestina, asombro sin límites del siglo XVI al grado de que muchas buenas conciencias de aquel tiempo aseguraban que la Misa del papa Marcelo le había sido dictada por el mismo Dios.

Las audacias armónicas, rítmicas, melódicas y tímbricas de La consagración, causantes del escándalo fenomenal en 1913, ahora no asombran a nadie, pero los amantes de la obra maestra de Stravinsky seguimos cautivados por ella aunque estemos conscientes de su envejecimiento.

Conocí esta música en los años 40, gracias a Walt Disney y su película Fantasía, en la animación en que un Tyranossaurus rex del Cretácico lucha a muerte con un Stegosaurus del Jurásico; es decir: con un anacronismo de 90 millones de años. Yo era un niño: ella. una jovencita en sus veintes. Desde entonces se convirtió en la amada de mi vida, por lo que no la dejaré ahora que es octogenaria. 

Deseo que, cuando menos en el siglo XXI, La consagración conserve el hechizo de partituras más antiguas que ella como son La Pasión según San Mateo de Bach, los Réquiem de Mozart y el de Berlioiz y la Novena sinfonía de Beethoven. Ah, y que la amemos tanto como a La canción de la Tierra de Mahler, obra esta que es su contemporánea.