Wednesday, May 30, 2018

El español es un idioma estadounidense

El ensayo intitulado Spanish has never been a foreign language in the United States (El español nunca ha sido una lengua extranjera en Estados Unidos), publicado el 29 de mayo en el periódico Los Angeles Times gira en torno de su asombrosa omnipresencia y de la vitalidad de este idioma.

Su autora, Rosina Lozano, es catedrática de historia en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, y el libro An American Language. The Story of Spanish in the United States es de su autoría.

Reproduzco en traducción mía algunos aspectos sobresalientes de su ensayo, pero recomiendo  que se recurra al texto original escrito en inglés, en el que la autora hace un claro, detallado recuento de diversas cuestiones históricas relacionadas con la presencia continua del español en Estados Unidos.




. "La exhortación a hablar en inglés en Estados Unidos tiene una larga historia que se remonta a nuestra aún más larga historia de diversidad lingüística. En particular, el español es un idioma que cuenta con profundas raíces en Estados Unidos".

. "Cuarenta y un millones de personas que hablan español como lengua materna residen actualmente en Estados Unidos. Esta cifra no incluye la de millones de hombres y mujeres que han elegido aprender este idioma. De hecho, Estados Unidos ostenta el segundo lugar de hispanohablantes en el mundo, tan solo superado por México, de acuerdo con el Instituto Cervantes". (El subrayado es mío).

. "Además del hecho de que Estados Unidos no tiene idioma oficial, debe tomarse en cuenta que el español no es aquí una lengua marginal. Desempeña un papel más importante en este país de lo que se supone. Su uso no es ni novedad ni  anormalidad. El español es un idioma estadounidense". 







Tuesday, May 29, 2018

El Albéniz de cada día

Cartas a Hugo desde Soledad 

Soledad, California, 29 de mayo del 2018 

Querido Hugo, 

Como tú lo habrás imaginado puesto que hablo mucho de ellos, estos son mis compositores de cabecera:

Johann Sebastian Bach (1685-1750) 
Gustav Mahler (1860-1911) 
Fryderyk Franciszek Chopin (1810-1849) 
Dmtri Shostákovich (1906-1975) 
Isaac Albéniz (1860-1909) 

Para la elección, no he seguido otro criterio que la frecuencia con que escucho sus obras. ¿Si Immanuel Kant (1724-1804) dijo que "vemos las cosas no como ellas son, sino como somos nosotros", por qué no incluir el verbo escuchar?

(Curiosamrnte, no están incluidos en la lista dos de los compositores que más he amado desde mi remota adolescencia: ígor Stravinsky (1882-1971) y Ludwig van Beethoven (1770-1827). 

Seguramente el andaluz Juan Ramón Jiménez (1881-1958) pudo haber dicho también que sentía gran afinidad por la obra del catalán Isaac Albéniz. Juzga nada más este poema suyo:

A Isaac Albéniz en el cielo de España

¡Frente a tus ojos mustios era el sol una rosa
de claras armonías;
la tarde hablaba, pura, dorada y luminosa,
cuando tú te morías!

¡Tu corazón, helándose; la hora sonriente
oliendo ya a ti yerto...;
en el poniente, España; más allá del poniente,
el infinito, abierto!

-¡Sevilla, Triana, El Puerto, todo lo que a tu alma
fue torrente sonoro,
estaría, a esa hora, soñando en una calma
de ilusión y de oro!

La arboleda, meciendo su renacer florido,
Guadalquivir, corriendo,
los pájaros más dulces suspirando en el nido
del sol que iba muriendo...-

¡Oh, qué suspiro hondo, sangriento, inestinguible,
-¡ciega Naturaleza!-,
qué anhelo de querer detener lo imposible,
qué espanto y qué tristeza!

Tú, que dejaste mi alma de bruma, tantas veces,
clara y estremecida,
acoje esta guirnalda, que cuelgo en tus cipreses,
de rosas de mi vida.

¡Mi jesto es doloroso, y mi mirada errante
llora, al dártelas, tanto!
...¡Si una perpetuidad viniera a hacer constante
el ademán y el llanto!

Maestro: un rosal cálido de tristes savias rojas
las sacó de mi entraña;
entre las maravillas de sus mojadas hojas
yerra el olor de España...

¡Sí, juntas en la tierra, florecerán un día,
como dos claridades,
tu ardiente melodía, mi ardiente poesía,
...nuestro afán de ciudades!

...Sevilla, Triana, El Puerto -¡y tu alma y mi alma!-,
Guadalquivir sonoro,
¡todo, en la eternidad, bogará en una calma
de ilusión y de oro!


Sunday, May 27, 2018

El Tagore andaluz

Cartas a la soprano Martha Mejía 

Soledad, California, 27 de mayo del 2018 

Querida Martha, 

Un deleite que no cesa: la canción "Tránsito", última de tu disco Cuba para dos, la serendipia del año.

Esta canción de concierto, surgida de un pequeño diamante de Tagore  tallado por Juan Ramón Jiménez y el genio de la compositora cubana Gisela Hernández (1912-1971), es el cierre perfecto de tu recital. 

Sobre este breve texto, escuchamos conmovidos  los melismas que enriquecen en registro grave las palabras que, surgidas del bengalí, pasaron al inglés y tomaron nuevo aliento gracias a Juan Ramón y a Zenobia Camprubí Aymar, su esposa: 

Cuando se rompan las cuerdas de mi laúd
y callen mis canciones,
partiré cielo arriba,
hacia el recinto eterno de las estrellas.

Quizá acierte el crítico Howard Young al afirmar que Jiménez y Zenobia crearon al Tagore andaluz, pero yo me quedo con él, como lo hago con el Whitman de las paráfrasis de León Felipe.


         
                    
                





Wednesday, May 23, 2018

Cuba para dos: el deleite



                         Cartas a la soprano Martha Mejía


Soledad, California, 22 de mayo del 2018


Martha, mi admirada soprano spinto,

Déjeme contarle una historia de la vida real:

En la mañana del 18 de mayo, segunda de la breve estancia en que Josefina (mi esposa) y yo estaríamos en Chicago, me dispuse a leer en mi iPad los mensajes de felicitación por mi cumpleaños 84 que previsiblemente estarían por llegar ese día.

En ese momento, vi en la pantalla el mensaje en el que entre otros temas, usted me hablaba de su disco. En cuanto concluí la lectura, recurrí a la plataforma  Spotify. La audición del registro Cuba para dos no solo me llevó entonces de sorpresa en sorpresa, sino que se transformó, créamelo usted, en un magnífico regalo de cumpleaños.

Desde que escuché por primera vez, hace muchos años,  De bosques, pampas y amazonas con la soprano Rosa Elvira Sierra y la pianista Muriel Berard (a cuya presentación asistí), ningún disco me había conmovido tanto como en el que usted ha intervenido. Reciba la más sincera y cordial de mis felicitaciones, así como mi renovado agradecimiento.

Por supuesto que hay mucho que comentar sobre esta joya y así lo haré, ya no en la prensa como lo hacía antaño, sino en el blog que a pesar de su modestia, está escrito con esmero.

Le pido, maestra, dos cosas: que sigamos en contacto y que, por lo pronto, me haga usted el favor de hablarme más de este magnífico ciclo que reúne a tres grandes compositores cubanos y a poetas que merecen el adjetivo de egregios, entre los cuales se encuentran Dulce María Loynaz y Federico García Lorca.

 De los tres compositores, cuento con la obra completa de Ernesto Lecuona, recopilada en los tiempos anteriores a Spotify. Sin embargo, ninguna obra de Eduardo Sánchez de Fuentes ni de Gisela Hernández había"yo escuchado. ¡Bravo por ellos y por la soprano que tan estupendamente ha interpretado sus canciones de concierto!

He de añadir que Antonio Bravo, el pianista que la acompaña, merece también una mención elogiosa.

Desde nuestro regreso de Chicago a la costa central californiana he escuchado el ciclo en varias ocasiones y con creciente deleite.   

 Le aseguro que "Tránsito", la número seis de las Nueve canciones de Gisela Hernández, sobre un poema de Rabindranaz Tagore, se ha convertido en una de mis canciones de cabecera.



Tuesday, May 15, 2018

Mahler con la Sinfónica de Chicago

En 2011, cuando se recordó a Gustav Mahler en el centenario de su muerte, las orquestas de numerosas ciudades del mundo programaron diversas sinfonías del compositor, las cuales han superado la popularidad de las legadas por Beethoven, excepción hecha de la Novena.

Asimismo, ofrecieron entre otras obras maestras mahlerianas los ciclos Kindertotenlieder, Des Knaben Wunderhorn, Lieder eines fahrenden Gesellen, así como  Das Lied von der Erde.

Esta última obra, cuyo título en español es La canción de la Tierra, fue ofrecida en un concierto digno de perpetuo recuerdo en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México por Carlos Miguel Prieto al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Ahora me referiré al acierto que ha tenido la Orquesta Sinfónica de Chicago de programar en este mes de mayo en que se cumplen 107 años de la muerte de Mahler su Sinfonía número 9.

Esta sinfonía será dirigida por Esa-Pekka Salonen en el Chicago Symphony Center, de la Ciudad de los Vientos. Particularmente digna de elogio es la decisión de ofrecerla el 18 de mayo, en el día preciso de la efeméride; pero también se interpretará esta obra los días 17, 19 y 22 de mayo.

                                      (Foto de Josefina Cabrera-Moreno)


La Novena sinfonía de Mahler es considerada por algunos especialistas como la más intensa e importante de su catálogo. Entre ellos se encuentra Leonard Bernstein, quien expresó en una inolvidable conferencia dada en la Universidad de Harvard en 1973 (disponible en YouTube), que esta partitura constituye el verdadero testamento del compositor, un profético mensaje del horror de nuestros días. En ella presiente también su propia partida, ya que se inicia con un ritmo irregular que semejan la arritmia de su corazón enfermo y concluye con un pasaje extraordinaria mente lento, en el cual la música se disuelve paulatinamente al grado de que es un reflejo del último aliento del hombre.

Una situación que hace codiciable este concierto de la Sinfónica de Chicago, una de las mejores orquestas no solo de Estados Unidos sino del mundo, es el hecho de que la Novena sinfonía de Mahler ha sido objeto de egregias interpretaciones bajo la batuta de Sir Georg Solti, Carlo María Giulini, Pierre Boulez y Daniel Barenboim, entre otros grandes que han estado al frente de ella. 

¿Por qué habría de quedarse atrás Esa-Pekka Salonen, el director finlandés que hizo su debut estadounidense en 1984 com la Filarmónica de Los Ángeles y de quien tan buen recuerdo tenemos en México?



Thursday, May 10, 2018

México pervive en California

Siempre que regreso a Estados Unidos tras un viaje a mi país, siento que el oleaje impetuoso de la nostalgia amenaza con asfixiarme. 

El alivio suele llegar cuando arribo a California, "uno de los rostros más bellos de la democracia" en palabras de Javier Sicilia, mi compatriota; cuando escucho la lengua que España nos legó; cuando llega a mi ventana el eco lejano de una canción de mi tierra; cuando veo que mis vecinos salen de madrugada a cultivar los campos del Valle de Salinas, los cuales contribuyen a que California sea la quinta economía del mundo.

Esta reflexión me cobijó ayer en el Consulado  General de México en San José al que había acudido en compañía de Josefina para realizar un trámite. No había pasado un minuto de nuestra llegada cuando Las Mañanitas, interpretadas por un nutrido grupo de músicos que irrumpió en la sala nos sacudieron el corazón: ¡el Mariachi Vargas de Tecalitlán rendía homenaje a las madres en la víspera de su día!

El consulado, nuestra genuina casa mexicana en el Silicon Valley, estalló de regocijo con los sones del mariachi, entre los que se encontraron la evocación de uno de los huapangos citados por José Pablo Moncayo en su afamada partitura y el Son de la Negra  que me recordó al director de orquesta Eduardo Mata porque pidió ser enterrado con él, por lo que resonó a la salida de su féretro del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

A los gritos de "¡Viva México!" de quienes estábamos presentes se agregó uno de agradecimiento al consulado, manifestación a la que ahora me uno sinceramente para el Cónsul General, Juan Manuel Calderón Jaimes, a quien no conozco en persona.


Cuando Josefina y yo acudimos a tramitar el asunto que nos llevó al consulado, la eficaz atención de Gabriela Sánchez incluyó la más deliciosa evocación de nuestro México y de su cultura. Y sentí que una vez más  me encontraba en mi tierra.