Friday, March 20, 2020

Alfred Brendel y Fernando Díez de Urdanivia

            

           El pianista recuerda a su amigo, el promotor


Desde Londres, donde reside actualmente, Alfred Brendel ha enviado este mensaje a Carmen, viuda de Fernando Díez de Urdanivia, fallecido en Cuernavaca, Morelos, el 24 de febrero:

Dear Ms Díez de Urdanivia,

I’m sad to hear that Fernando passed away. Vividly, and with enormous pleasure, I recall us driving through Mexico: Guadalajara, Guanajuato, Zacatecas, Puebla, Morelia, some sixty years ago. Once, the car caught fire under my feet… 

With warm sympathy,

Alfred Brendel

(Me entristece saber que Fernando falleció. Vivamente y con enorme placer, recuerdo cuando viajábamos por México: Guadalajara, Guanajuato, Zacatecas, Puebla, Morelia, hace unos sesenta años. En una ocasión,  el automóvil se incendió bajo mis pies. Con cálida simpatía, Alfred Brendel). 


Este notable pianista, compositor, poeta, escritor y pintor nacido en 1931 y poseedor de las nacionalidades austriaca, británica y checa, fue uno de los numerosos personajes de la música, procedentes de numerosos países, convocados por Fernando Díez de Urdanivia, que enriquecieron la cultura en México. 

En noviembre de 2007, Alfred Brendel anunció en Viena su retiro; meses después dio su último recital en el Carnegie Hall de Nueva York, recinto en el que había tocado por primera vez 35 años antes.

Alfred Brendel y Fernando Díez de Urdanivia se caracterizaron por una admiración mutua que redundó en una colaboración extensa y fructífera. 


Post scriptum 

En 2012, Alfred Brendel envió a Fernando Díez de Urdanivia  este mensaje que fue leído durante el homenaje que la Sociedad de Escritores de Morelos le rindió por sus 80 años:

"Es gracias a ti que pude descubrir México. 

"Recuerdo vivamente el trayecto en tu auto de hace más de cincuenta años desde la Ciudad de México a Guadalajara. Nuestra visita incluyó a Puebla y Guanajuato. Después pasamos por algunos pueblos fantasma antes de llegar a las fachadas de Zacatecas. En Xalapa, me intoxiqué con algo que comí. 

"Cuando regresábamos de Veracruz, con un calor terrible, sentía que tu auto se quemaba bajo mis pies. 

"Mientras tocaba en el Palacio de Bellas Artes, un gato maullaba bajo el escenario. Sin embargo, fueron días felices. Gracias por tu espíritu emprendedor y tu generosidad sin límites. 

"Felicidades de parte de otro octogenario". 





                                 Alfred Brendel 


Félix de Azúa, renombrado musicólogo español, considera a Alfred Brendel el más grande de los pianistas "schubertianos" del mundo. 

Equinoccio de marzo 2020

La primavera, madre del amor y de la vida

El inicio del equinoccio de primavera tuvo lugar este año en la noche del 19 de marzo en todas las zonas horarias de Estados Unidos. 

Este inicio tan temprano de la primavera no había ocurrido desde 1896. 

En la primera estrofa de su Oda clásica a la primavera, Gonzalo Báez-Camargo (1899-1983), el inolvidable Pedro Gringoire, saludó así el arribo del momento exacto en que el eje de nuestro planeta se encuentra alineado con el Sol:

¡Salve, divina reina,
florida emperatriz de los jardines,
resurrectora de los muertos gérmenes
y madre del amor y de la vida!



                 Fotografía de Josefina Cabrera-Moreno 






Wednesday, March 18, 2020

La música en tiempos de la pandemia




Garrick Ohlsson, el egregio pianista estadounidense nacido en Nueva York en 1948, quien reside en San Francisco, ofreció el 15 de marzo de este año un recital particularmente interesante y provechoso para la moral dada la turbulencia que atraviesa el mundo por la pandemia. 

Su título: 

                                 COVID-19 Recital

Su carácter único estriba en el hecho de que se transmitió en vivo desde una sala de conciertos vacía.

En la presentación, ya frente al teclado, Garrick Ohlsson comentó que en tiempos de Beethoven, la tecnología permitía que cada dos años pudiera contarse con un piano nuevo. Hoy día, un recital como este es una realidad gracias a los adelantos tecnológicos del siglo XXI.

En esta forma, el bálsamo de la música puede llevar su alivio no solo a quienes se encuentran recluidos en todo el mundo por motivos sanitarios,  sino también a la multitud de melófilos que residen en poblaciones carentes de salas de concierto.    

El recital del pianista triunfador en 1970 del VIII Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin de Varsovia recurrió a un variado programa típico de su proverbialmente extenso repertorio. En la primera parte ofreció la Sonata número 11 de Beethoven y la número 6 de Serguéi Prokófiev. 

Previamente había anunciado que al final de esta última obra haría una larga pausa. Este descanso, también transmitido en tiempo real, le permitió recuperar el aliento porque esta sonata, como otras del genial compositor soviético, equivale en términos atléticos a una carrera de gran fondo. 

La música de Chopin dominó la segunda parte del recital, lo que seguramente ha sido muy bien recibido por la legión de admiradores del músico que dividió su alma y su cultura entre su añorada Polonia y su amada Francia. Sobre todo, fue un verdadero regalo la inclusión de la Berceuse, obra de Chopin que fue la favorita de Arthur Rubinstein y, desde luego, del redactor de este blog.

Tras el Impromptu número 2 y los Estudios del 5 al 10, Garrick Ohlsson interpretó el tercer Scherzo.  

Como encore, ofreció el celebérrimo Preludio número 2, opus 3 de Serguéi Rajmáninov,  obra tan dramática que no falta melómano que asegure que se trata de la descripción de la angustia sufrida por un hombre enterrado vivo. Por supuesto, esto no es más que una fantasía macabra, ya que cuando le preguntaron al músico qué lo había motivado a componer esa pieza, respondió: "La parte proporcional del dinero cobrado por todo mi Opus 3". 


Recomiendo vivamente que se disfrute este recital en YouTube y expreso mi más profundo agradecimiento, aunque este sea solamente un grano de arena, para el genial pianista que el próximo día 3 de abril llegará a la edad de 72 años.


                                  Reclusión y recital

Monday, March 16, 2020

Homenaje a Tin Tan y a Cantinflas


Hace un año, cuando empecé a escuchar el estribillo "Me canso ganso", sentí nostalgia por la antiquísima época en que cursé la escuela primaria. Por tanto, recordé la expresión completa dicha por Germán Valdés (1915-1973): 

"Me canso, ganso dijo un zancudo cuando volar no pudo porque una pata se le rompió y la otra se le hizo nudo, y luego le dio la aftosa y se quedó mudo, y ya mejor no le sigo... porque luego sudo".

Finalmente, pensé, se trata de un homenaje a uno de los cómicos más geniales de México, mejor conocido como Tin Tan.

Esta mañana, tras la lectura de la nota de Antonio Baranda en el periódico Reforma, de la Ciudad de México, volví a sentir nostalgia. Así respondió el Señor Persistente a la reportera que lo interrogaba: 

"Cuando él me diga, él me va a decir, él me va a decir en la etapa de atención que está considerada, porque hay todo un plan, él me va a decir no es conveniente que se reúna con mucha gente, o ya no debe de ir a estos actos, ni saludos, ni abrazos, ni besos, nada, el me va a decir cuándo",

Ahora mi añoranza fue por otro cómico genial: Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes (1911-1993), el inolvidable Cantinflas

A tal grado tiene Cantinflas importancia en la cultura hispanoamericana, que la Real Academia incluye el verbo cantinflear en su Diccionario:

"Hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia". 

Post scriptum

Sí debo confesar que la dulce nostalgia por estos cómicos se desvanece al comprobar que el imitador carece de la más elemental de las gracias.  






Friday, March 13, 2020

La música entre sueños

Pierrot Lunaire a las tres de la mañana

Si usted es melómano incurable, quizá haya hecho la prueba de dormir con grabadora, iPod o radio encendidos.

Habrá notado que, entre el sueño y la vigilia, la música adquiere extraños, mágicos efectos: los rasgos se estilizan, las melodías se subliman y todo se mueve en un ambiente onírico.

Esto lo experimenté por primera vez de niño, en una ocasión en que me quedé dormido con el aparato sintonizado en la ya desaparecida estación  XELA,  Buena Música en México. Soñé que escuchaba una música fuera de este mundo, con melodías tan exquisitas que parecían irreales.

Desperté sobresaltado, para encontrar que la estación había salido del aire a media noche, y solamente se escuchaba el zumbido característico. ¿Qué había soñado o qué había escuchado en la duermevela?

Una de aquellas melodías me dejó particularmente cautivado, por lo que me propuse localizar de qué se trataba. En los días siguientes, escuché radio de la mañana a la noche, pero pasaron muchos años sin que apareciera por ningún lado el tema de mis sueños. Llegué a suponer que yo lo había creado y vi en ello un indicio de que quizá tenía talento como compositor.

Ya en la adolescencia, fui a un concierto al Palacio de Bellas Artes, de la Ciudad de México. Estupefacto, escuché el tema musical que tanto amaba, cuya paternidad me había adjudicado. Se trataba de una de las “Danzas Polovetsianas” de la ópera El príncipe Igor, de Alexander Borodin.  Qué sentimientos encontrados tuve en ese momento. Por un lado, mi regocijo por haber descubierto ese tema fue de grandes proporciones; por otro, sentí un profundo desencanto al percatarme de que no había sido yo llamado para la composición, como había supuesto.

Desgraciadamente no se ha repetido una experiencia similar. Pero como el virus de la melomanía se inocula en la infancia y se vuelve más activo en la vejez, ahora suelo recurrir al experimento de dormir con radio, para lo cual aprovecho la estación española Radio Clásica, que transmite música de concierto las 24 horas y  me pongo mis audífonos de chicharito para no causar escándalo público.  

Durante la mayor parte de la noche, no queda huella de lo oído, pero de vez en cuando despierto y me digo, por ejemplo: “Estoy escuchando Variaciones Goldberg, de Bach, en transcripción para piano. Por los tempi, supongo que el intérprete es Claudio Arrau”, lo que me hace sentir un erudito. Pero hay ocasiones en que no tengo idea de lo que están transmitiendo. Entonces me consuelo: “Uno se acuesta para dormir, no para hacerla de musicólogo”.

Hace algunos días me revolvía en la cama sin poder descansar plenamente y lo escuchado no era como para arrullar a un bebé. Prendí la luz; vi que eran casi las tres de la mañana. Identifiqué el Pierrot Lunaire de Arnold Schoenberg, obra que disfruto en la vigilia, pero me parece horrenda entre sueños. 

Desde entonces he empezado a preguntarme si de veras será tan aconsejable dormir con música.




Thursday, March 12, 2020

XVIII Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin

En la búsqueda de una nueva revelación

El 9 de marzo se realizó en Varsovia la conferencia de prensa para presentar oficialmente el XVIII Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin. 

Para la ronda preliminar eliminatoria se habían fijado los días del 17 al 28 de abril, pero debido a las medidas sanitarias por la pandemia se pospuso para septiembre, en días no determinados aún. 

El XVIII Concurso cuenta con la cifra récord de 502 aspirantes, procedentes de 33 países. En el primero de ellos, en 1927, solamente hubo 26 pianistas inscritos. 

El concurso se realizará del 2 al 23 de octubre y cautivará la atención de pianistas y melófilos de los cinco continentes, porque Fryderyk Franciszek Chopin se ha convertido en uno de los compositores más amados en la ya muchas veces centenaria historia de la música.


Permítaseme el comentario autobiográfico: me enamoré de la música de Chopin a los 12 años de mi edad. Tres años después, en1949, asistí en el palacio de Bellas Artes, de la Ciudad de México, a la fase final del concurso que culminaría con la elección del pianista mexicano que representaría a nuestro país en Varsovia. 

Ese año 1949, centenario de la muerte de Chopin, dejó en mi vida la más profunda de las huellas. En aquellos tiempos, solía escuchar con renovada avidez el programa El Rinconcito de Chopin, en la benemérita estación radio difusora XELA, Buena Música en México.

Desde entonces asistí a numerosos conciertos y recitales en que se programaba música de Chopin y tuve oportunidad de escuchar en vivo, entre otros pianistas, al chileno Claudio Arrau y al búlgaro Sigi (Alexis) Weissenberg. Entre mis primeros discos, de 78 revoluciones por minuto, se encontraron los Nocturnos chopinianos. 

A lo largo de más de siete decenios, numerosos músicos se han convertido en mis  compositores de cabecera: Bach, Beethoven, Stravinsky, Albéniz, Shostakovich y Mahler, entre ellos; pero el más frecuentemente visitado ha sido Chopin.

La gran ilusión que tengo por el XVIII Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin de Varsovia es la de encontrarme frente a una nueva  epifanía, una nueva revelación tan asombrosa como la que tuve hace cinco años en el certamen anterior: Kate Liu, pianista estadounidense nacida en Singapur. Sus interpretaciones de la música de Chopin son las que más me han conmovido en esta vida mía que ya se acerca a la novena década, a pesar de nunca haber escuchado un recital suyo en vivo.



Monday, March 9, 2020

Aniversario 99 de la fundación de Soledad



                          De soledad y nostalgia

                                                    A la memoria
                                                   de Mama U
                                                   y de Elia. 


Hoy, 9 de marzo del 2020, la ciudad de Soledad, situada en el ubérrimo valle de Salinas, joya de la costa central californiana, festeja el nonagésimo noveno aniversario de su incorporación al condado de Monterey.

En esta fecha tan señalada, publico aquí, con la autorización de su autora, una crónica que pinta vivamente la nostalgia sentida por la patria lejana. En ella, los mexicanos que viven cerca de las riberas del río Salinas me recuerdan a los israelitas desterrados en Babilonia. 

Esta crónica fue escrita hace 18 años, cuando no se disponía de los medios de comunicación que hoy día mitigan la nostalgia por los seres queridos. Sin embargo, en nada ha perdido su vigencia porque la patria lejana es el edén subvertido.


                           La soledad de Soledad

                                    Josefina Cabrera-Moreno 


                                                A orillas de los ríos de Babilonia 
                                                                                       estábamos sentados y llorábamos,
                                                                                       acordándonos de Sión.
                                                                                                        (Salmo 137)

Cuando comienza diciembre, todo en Soledad se vuelve soledad.

Cada año es lo mismo: sus habitantes se van a México y en Soledad comienza la soledad.

Soledad, California, está localizada en el valle de Salinas. Su población es menor de veinticinco mil personas, en su mayoría mexicanas, cuyo ingreso económico depende principalmente de la agricultura.

El trabajo en la agricultura es temporal. Por ejemplo, la cosecha de lechuga, en la que trabaja la mayor parte de la población, se realiza de marzo a octubre en el valle de Salinas. Terminada la temporada en este valle, los trabajadores tienen que trasladarse a otra ciudad para seguir la “corrida”. Esta corrida sigue a Huron, California; después al estado de Arizona y en marzo regresa al valle de Salinas.

La vida no es fácil para nadie que deja su país y sobre todo, si deja a su familia. No es fácil adaptarse a otra vida lejos de los suyos, no es fácil adaptarse a otras costumbres, aunque es cierto que conservamos muchas que nos son propias. Pero no es lo mismo disfrutarlas juntos con los nuestros en la patria que festejarlas fuera. No tiene el mismo sabor, el sabor a México, el sabor a felicidad.

Cada noviembre comienzan los preparativos de muchas personas para regresar a disfrutar la Navidad en nuestro país, dejando atrás tantos días de trabajo, tantos desvelos, tantos suspiros, tanta soledad.

Noviembre es mes de regocijo y felicidad para cada una de las personas que planean su regreso; noviembre, mes de preparativos cuando Soledad comienza a sentir la soledad de sus habitantes.

Noviembre, cuando comienzan a verse las calles solas, sólo acompañadas por el intenso frío, por el viento incontrolable, por las torrenciales lluvias que se dejan ver en el horizonte; por tanta soledad que se respira, se siente, y se teme por los que nos quedamos; los que nos quedamos esperando que el próximo año no seamos parte de esta soledad en Soledad.

Por fin llega diciembre, las autopistas se ven llenas de ilusiones, de esperanza y de una gran felicidad. Una felicidad cuyo destino es México.

México, donde estando allí, no importará ya ese gran sacrificio que durante meses se hizo, donde no importará tener que levantarse a las cuatro de la mañana para emprender la jornada de trabajo y regresar cuando el sol está oculto, donde no importará la soledad que se vive lejos de los suyos. Nada importará, por ahora va uno rumbo a la felicidad de encontrarse con ellos, de encontrarse con su patria.

Qué duro es el trabajo en el campo, sobre todo cuando papá y mamá   trabajan… Toda la familia sufre: el esposo, la esposa y hasta los hijos. La jornada de trabajo comienza desde las cuatro de la mañana. Algunas ocasiones, los trabajos se encuentran lejos de Soledad.. Por tal motivo, tienen que levantarse aún más temprano no sólo los padres, sino también los hijos.

En la mayoría de los hogares de Estados Unidos, la pareja trabaja. La madre no puede seguir la costumbre de cuidar a sus hijos, es necesario que los lleve a estas horas de la mañana a otra casa, con familiares o amigos. Los niños son levantados a la hora de partir para que pasen a dejarlos antes de ir rumbo al trabajo. Sus familiares o amigos no sólo se encargarán de cuidarlos, sino de prepararlos para la escuela y acompañarlos. Otros niños caminarán solos.

Todos hacen un sacrificio, tanto los padres como los hijos. No es fácil vivir en Estados Unidos, está lleno de… soledad. Algunos pensarán que quienes dejan su país viven en un paraíso; pero... ¿se han puesto a pensar qué rodea ese paraíso?,  ¿o si en verdad es un paraíso? Sólo el que vive esta vida sabe lo que cuesta estar en este paraíso. Desde el niño hasta el anciano saben el precio de vivir fuera de su patria.

Noviembre y diciembre meses, de añoranzas, de los deseos de volver a la patria, de los sueños aún no realizados; meses en donde algunos se van a olvidar por fin de la soledad en que se vive en este país; para otros, meses donde siente más la soledad.

Soledad, pueblo de soledad.








Post scriptum 

Incluyo un recuerdo de Macaria Lázaro Ayala (Maca), la indígena purépecha, quien vivió su soledad en la Ciudad de México evocando perpetuamente a  Cuitzeo, Michoacán, de donde salió en su juventud para no regresar jamás. Aún vibran en mi corazón las palabras "Mi Cuitzeo", dichas en su ancianidad con voz quebrada. 


Sunday, March 8, 2020

Vigencia de La casa de Bernarda Alba

Federico García Lorca (1898-1936) escribió La casa de Bernarda Alba el año en que fue asesinado. Esta obra teatral gira en torno de los prejuicios de una sociedad hipócrita, fanática y fundamentalista cuyos excesos la llevan al crimen. Fustiga, asimismo, el abuso de la mujer por parte del hombre.

Ofrezco aquí un breve muestrario de textos de esta obra que, a pesar de estar citados fuera de contexto, son una dolorosa demostración de que la injusticia, vulnerabilidad, desprecio y marginación de la mujer en muchos países sigue siendo una vergüenza para la humanidad. No hay un solo ser humano que deba quedar excluido de la más radical e inmediata de las acciones para erradicarla.



                                               *

El realismo poético de Federico García Lorca en La casa de Bernarda Alba 

 . Las mujeres en la iglesia no deben mirar más hombre que al oficiante, y a ese porque tiene faldas. Volver la cabeza es buscar el calor de la pana. 

. Perseguida por los que dicen que son decentes. 


. Eso tiene ser mujer. (Pues) malditas sean las mujeres.

. (Bernarda) Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles.

. Hablaban de Paca la Roseta. Anoche ataron a su marido a un pesebre y a ella se la llevaron a la grupa del caballo hasta lo alto del olivar.

. Le tienen miedo a nuestra madre. Es la única que conoce la historia de su padre y el origen de sus tierras. Siempre que viene le tira puñaladas el asunto. Su padre mató en Cuba al marido de su primera mujer para casarse con ella. Luego aquí la abandonó y se fue con otra que tenía una hija y luego tuvo relaciones con esta muchacha, la madre de Adelaida, y se casó con ella después de haber muerto loca la segunda mujer.

. Y ese infame, ¿por qué no está en la cárcel? Porque los hombres se tapan unos a otros las cosas de esta índole y nadie es capaz de delatar.

. Es preferible no ver a un hombre nunca. Desde niña les tuve miedo. Los veía en el corral uncir los bueyes y levantar los costales de trigo entre voces
y zapatazos, y siempre tuve miedo de crecer por temor de encontrarme de pronto abrazada por ellos. Dios me ha hecho débil y fea y los ha apartado definitivamente de mí.

. A vosotras, que sois solteras, os conviene saber de todos modos que el hombre a los quince días de boda deja la cama por la mesa, y luego la mesa por la tabernilla. Y la que no se conforma se pudre llorando en un rincón.

. Yo misma di dinero a mi hijo mayor para que fuera. Los hombres necesitan estas cosas. Se les perdona todo. Nacer mujer es el mayor castigo.

. No, Bernarda, aquí pasa una cosa muy grande. Yo no te quiero echar la culpa, pero tú no has dejado a tus hijas libres.

. La hija de la Librada, la soltera, tuvo un hijo no se sabe con quién. Y para ocultar su vergüenza lo mató y lo metió debajo de unas piedras; pero unos perros, con más corazón que muchas criaturas, lo sacaron y como llevados por la mano de Dios lo han puesto en el tranco de su puerta. Ahora la quieren matar. La traen arrastrando por la calle abajo, y por las trochas y los terrenos del olivar vienen los hombres corriendo, dando unas voces que estremecen los campos.

. (Bernarda) Sí, que vengan todos con varas de olivo y mangos de azadones, que vengan todos para matarla. Y que pague la que pisotea su decencia. ¡Acabar con ella antes que lleguen los guardias! ¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado! ¡Matadla! ¡Matadla!

. Una hija que desobedece deja de ser hija para convertirse en una enemiga.

. (Angustias) Yo lo encuentro distraído. Me habla siempre como pensando en otra cosa. Si le pregunto qué le pasa, me contesta: «Los hombres tenemos nuestras preocupaciones.» (Bernarda): No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y míralo cuando te mire. Así no tendrás disgustos.



. No es toda la culpa de Pepe el Romano. Es verdad que el año pasado anduvo detrás de Adela, y ésta estaba loca por él, pero ella debió estarse en su sitio y no provocarlo. Un hombre es un hombre.

. Pepe el Romano es un gigante. Todas lo queréis. Pero él os va a devorar, porque vosotras sois granos de trigo. No granos de trigo, no. ¡Ranas sin lengua!



Wednesday, March 4, 2020

Fernando Díez de Urdanivia y Luis Herrera de la Fuente

Como um homenaje póstumo a don Fernando Díez de Urdanivia Serrano (1932-2020), reproduzco la entrada de mi blog del 1 de junio del 2015 relacionada con el libro de su autoría sobre la vida y la obra de Luis Herrera de la Fuente:


Fernando Díez de Urdanivia 
y la Biblioteca Musical Mínima de  Editorial Luzam 

En ocasiones, cuando evoco la figura de Fernando Díez de Urdanivia recuerdo las palabras de Ralph Waldo Emerson:  

"Toda gran institución es la sombra agrandada de un solo hombre: su carácter determina el de la organización".

Por supuesto que esta afirmación tiene en Luzam una notable excepción: el carácter de la editorial está marcado también por Carmen Bermejo; pero permítaseme centrar ahora mi atención en Fernando, con quien me liga una fraternal amistad de muchas décadas. Y debo salir al paso de suspicacias: no porque cuente mi vida en décadas he entrado ya en la decadencia.

Si alguien podría hacer suyas las palabras de Terencio "nada humano me es ajeno" es Fernando, quien lo mismo se interesa por los máximos refinamientos gastronómicos, la literatura, el periodismo, la pintura y la música (ya sea de concierto,  popular o jazz) que por las cuestiones lingüísticas más especializadas, según lo atestigua su libro Spanish Survival Guide.

Hablar de interés, es quedarse corto, porque Fernando Díez de Urdanivia además de haber sido protagonista de las actividades mencionadas, ha descollado como promotor infatigable de la música en variados, numerosos frentes.

Su labor en Luzam tiene el heroico empeño quijotesco de derribar los  molinos del menosprecio por la cultura sintetizado por expresiones como: "Ay, maestro, la música clásica no vende".

El libro Luis Herrera de la Fuente. Su entorno. Su vida. Su legado, número 11 de la Biblioteca Musical Mínima, se edita en el centenario del nacimiento de uno de los músicos más importantes que ha dado México. Ciertamente se gestó antes de su muerte porque su autor está consciente de la pertinencia de ofrecer homenajes en vida.

 El libro no solo es fruto de la amistad y de la colaboración estrecha de su autor con Herrera de la Fuente, sino también del entorno del personaje, como lo indica el título, puesto que "para valorar a una persona en su dimensión, es imprescindible conocer qué hubo antes de ella y cómo se dio su momento", en palabras de Fernando.

Después de somero análisis de los antecedentes y del entorno en que vivió este músico, hallamos las microbiografías de personajes de las posiciones más dispares, como pueden ser José Rolón y Jesús C. Romero, por un lado, y Tata Nacho, Mario Talavera y el Mariachi Vargas, por el otro.

Se reúne en este libro el testimonio de 28 personajes de la música y de la cultura mexicanas y se incluye un par de entrevistas que dan voz a Herrera de la Fuente, así como una semblanza del protagonista con la cronología correspondiente. Se encuentran asimismo el catálogo de sus obras y la relación de sus reconocimientos y de sus libros.

Cautivan dos capítulos relacionados con sendas personas de su ámbito intimo: Victoria Andrade, su esposa, y  el doctor Miguel Ángel Herrera, su hijo sobreviviente.

Magdalena Herrera Andrade, su hija, participa con una carta conmovedora fechada en Cascade, Colorado, el 22 de febrero de 2014, que comienza así:

“¡Cómo te extraño! ¡Cuántos recuerdos me vienen al contemplar las fotos de ti y de mamá! Tengo el retrato frente a mi cama para darles los buenos días, pero también para que sus ojos inquisitivos me motiven diariamente a seguir su ejemplo y ser diligente, productiva y eficaz; podría decirse que esa foto es mi conciencia!”

El último párrafo no es menos conmovedor:

“Yo, tu hija Magdalena, Magda, Malenita, Maguis, prietita chula, como me decías, me despido sintiendo un gran vacío, pero también una gran alegría por haber tenido la suerte de tenerte como padre.

Un gran bacio (beso)”.

Entre los numerosos testimonios y anécdotas aportados por los colaboradores se escogen en esta reseña, a la manera de una corchea de muestra, los siguientes:

Carlos Miguel Prieto:

“Agradezco a Fernando Diez de Urdanivia la oportunidad de escribir unas líneas en recuerdo del admirado maestro Luis Herrera de la Fuente. Pocos esfuerzos son más loables y necesarios, que un libro en homenaje a quien considero el director de orquesta más importante y fructífero de las últimas décadas en México”.

Rafael Tovar y de Teresa:

“El estreno de su primera obra sinfónica, Dos movimientos para orquesta (1948), fue también el comienzo de la carrera de Luis Herrera de la Fuente como director. Paradoja de la historia que reveló las dotes de un joven que quizá en ese entonces deseaba más escuchar desde la butaca, como público, el resultado de su propuesta creativa. Hernández Moncada, entonces director de la Sinfónica del Conservatorio Nacional, pidió al principiante que condujera su propia obra colocándolo, sin saber, ante los ojos de Sergiu Celibidache, el gran director rumano que aprovechando una estancia en México acudía a los con el interés de conocer la producción nacional. A partir de ahí la historia es conocida: al terminar, Celibidache entró al camerino de Luis Herrera de la Fuente y señalándolo con el dedo le dijo: 'Tú eres director de orquesta. Todo lo que hiciste estaba mal, pero la orquesta iba contigo'".

Luis Pérez Santoja:

“De la etapa (en la que dirigió la Orquesta Sinfónica de Minería), recuerdo una impactante Sinfonía Leningrado de Shostakovich, en 1985. Cuando le cuestioné en su camerino sobre su veloz tempo final, me dijo categórico '…partitura, pura partitura, todo está en la partitura'”.

A la manera de una coda, cito el testimonio del maestro Ignacio Toscano, que comienza con estas palabras encantadoras:

"Pues sí, mi primera entrada al Palacio de Bellas Artes fue en 1957 para escuchar a la Orquesta Sinfónica Nacional. Iba vestido de marinerito y de la mano de mi abuelo, don Fortino Jarquín. Aquel día tuvo lugar mi primer encuentro con la música formal, dirigida entonces por el maestro Luis Herrera de la Fuente". 

Antes del compás conclusivo, quiero hacer mía la expresión del maestro Toscano que a menudo le escucho y tanto me conmueve:

"Estamos celebrando el misterio gozoso de la vida".