Sunday, March 1, 2020

Pero mi corazón está en el mar

                 
                
                  Brisa marina que llega al corazón 


Frente al oleaje, la brisa marina nos humedece el rostro. Frente a las marejadas de la poesía marina, algunas ráfagas anidan en el corazón.

Ofrezco un brevísimo muestrario de estas ráfagas desprendidas del oleaje poético y consigno el nombre de sus autores: 


¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal 
mi pensamiento.

(José Gorostiza)


En sueños la marejada
me tira del corazón. 

(Rafael Alberti)


¿Esas lágrimas salobres
de donde vienen, madre?
Lloran, señor, el agua 
de los mares. 

(Federico García Lorca)


Las olas se abalanzaron sobre mí 

y las recibí, feliz de sentir su caricia salada. 

El salobre del mar se unió con la sal de mis lágrimas. 


(Juana Reyes)



Hoy he bajado de la montaña al valle

y del valle hasta el mar.

El camino fue largo como un beso.


(Jorge Luis Borges)




Hermana, dame todas 
las lágrimas del mar,

(Ramón López Velarde)
.

El mar sin orillas del alma de Cristo.

(Federico García Lorca)



El delicado aroma de la brisa marina. 

(Walt Whitman)


Nada es tan mío
como lo es el mar
cuando lo miro. 

(Elías Nandino)


El mar empieza
donde la eternidad
de sí regresa. 

(Ricardo Yáñez)


Cada vez que miro el mar, pienso en ti.

(Maricarmen)

Te mando un abrazo oceánico. 

(Maricarmen)


Mar, yo soñaba ser como tú eres,
allá en las tardes que la vida mía
bajo las horas cálidas se abría...
ah, yo soñaba ser como tú eres.

(Alfonsina StornI)


Me puse a mirar el mar
y lo he comprendido todo. 

(Federico García Lorca)



Y el mar, espejo de mi corazón, 
las veces que me ha visto llorar
la perfidia de tu amor. 

(Alberto Domínguez)


Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas, 
envuelto entre la sábana de espuma,
¡llevadme con vosotras!

(Gustavo Adolfo Bécquer)



Vámonos a la orillita del mar. 

(Federico García Lorca)


Amo con inmensa ternura el mar y el desierto. 

(Charles Baudelaire)


Mis ojos se han vuelto claros 
de tanto mirar al mar. 

(Amado Nervo)


...y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar. 

(Rubén Darío)


Los balcones de mi casa,
¡qué altos!,
pero no se ve el mar,
¡qué bajos!

(Rafael Alberti)



El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.
Abandonado, como los muelles en el alba...

(Pablo Neruda)


Una bahía linda y generosa,
donde los barcos llegan y se van;
pero vos, por favor,
no te vayas. 

(Mario Benedetti)


¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
(...)
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía a tus mares. 

(Federico García Lorca)


Algo de sagrado debe de tener la sal
que se encuentra en las lágrimas y en el mar. 

(Yibrán Jalil Yibrán)



En ti estás todo, mar, y sin embargo, 
¡qué sin ti estás, qué solo, 
qué lejos, siempre, de ti mismo!

(Juan Ramón Jiménez)


Yo vivo en la Casa del Viento,
pero mi corazón está en el mar.

(Carlos Pellicer)



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                 (Autora de la fotografía: Josefina Cabrera-Moreno)

  
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