Monday, March 9, 2020

Aniversario 99 de la fundación de Soledad



                          De soledad y nostalgia

                                                    A la memoria
                                                   de Mama U
                                                   y de Elia. 


Hoy, 9 de marzo del 2020, la ciudad de Soledad, situada en el ubérrimo valle de Salinas, joya de la costa central californiana, festeja el nonagésimo noveno aniversario de su incorporación al condado de Monterey.

En esta fecha tan señalada, publico aquí, con la autorización de su autora, una crónica que pinta vivamente la nostalgia sentida por la patria lejana. En ella, los mexicanos que viven cerca de las riberas del río Salinas me recuerdan a los israelitas desterrados en Babilonia. 

Esta crónica fue escrita hace 18 años, cuando no se disponía de los medios de comunicación que hoy día mitigan la nostalgia por los seres queridos. Sin embargo, en nada ha perdido su vigencia porque la patria lejana es el edén subvertido.


                           La soledad de Soledad

                                    Josefina Cabrera-Moreno 


                                                A orillas de los ríos de Babilonia 
                                                                                       estábamos sentados y llorábamos,
                                                                                       acordándonos de Sión.
                                                                                                        (Salmo 137)

Cuando comienza diciembre, todo en Soledad se vuelve soledad.

Cada año es lo mismo: sus habitantes se van a México y en Soledad comienza la soledad.

Soledad, California, está localizada en el valle de Salinas. Su población es menor de veinticinco mil personas, en su mayoría mexicanas, cuyo ingreso económico depende principalmente de la agricultura.

El trabajo en la agricultura es temporal. Por ejemplo, la cosecha de lechuga, en la que trabaja la mayor parte de la población, se realiza de marzo a octubre en el valle de Salinas. Terminada la temporada en este valle, los trabajadores tienen que trasladarse a otra ciudad para seguir la “corrida”. Esta corrida sigue a Huron, California; después al estado de Arizona y en marzo regresa al valle de Salinas.

La vida no es fácil para nadie que deja su país y sobre todo, si deja a su familia. No es fácil adaptarse a otra vida lejos de los suyos, no es fácil adaptarse a otras costumbres, aunque es cierto que conservamos muchas que nos son propias. Pero no es lo mismo disfrutarlas juntos con los nuestros en la patria que festejarlas fuera. No tiene el mismo sabor, el sabor a México, el sabor a felicidad.

Cada noviembre comienzan los preparativos de muchas personas para regresar a disfrutar la Navidad en nuestro país, dejando atrás tantos días de trabajo, tantos desvelos, tantos suspiros, tanta soledad.

Noviembre es mes de regocijo y felicidad para cada una de las personas que planean su regreso; noviembre, mes de preparativos cuando Soledad comienza a sentir la soledad de sus habitantes.

Noviembre, cuando comienzan a verse las calles solas, sólo acompañadas por el intenso frío, por el viento incontrolable, por las torrenciales lluvias que se dejan ver en el horizonte; por tanta soledad que se respira, se siente, y se teme por los que nos quedamos; los que nos quedamos esperando que el próximo año no seamos parte de esta soledad en Soledad.

Por fin llega diciembre, las autopistas se ven llenas de ilusiones, de esperanza y de una gran felicidad. Una felicidad cuyo destino es México.

México, donde estando allí, no importará ya ese gran sacrificio que durante meses se hizo, donde no importará tener que levantarse a las cuatro de la mañana para emprender la jornada de trabajo y regresar cuando el sol está oculto, donde no importará la soledad que se vive lejos de los suyos. Nada importará, por ahora va uno rumbo a la felicidad de encontrarse con ellos, de encontrarse con su patria.

Qué duro es el trabajo en el campo, sobre todo cuando papá y mamá   trabajan… Toda la familia sufre: el esposo, la esposa y hasta los hijos. La jornada de trabajo comienza desde las cuatro de la mañana. Algunas ocasiones, los trabajos se encuentran lejos de Soledad.. Por tal motivo, tienen que levantarse aún más temprano no sólo los padres, sino también los hijos.

En la mayoría de los hogares de Estados Unidos, la pareja trabaja. La madre no puede seguir la costumbre de cuidar a sus hijos, es necesario que los lleve a estas horas de la mañana a otra casa, con familiares o amigos. Los niños son levantados a la hora de partir para que pasen a dejarlos antes de ir rumbo al trabajo. Sus familiares o amigos no sólo se encargarán de cuidarlos, sino de prepararlos para la escuela y acompañarlos. Otros niños caminarán solos.

Todos hacen un sacrificio, tanto los padres como los hijos. No es fácil vivir en Estados Unidos, está lleno de… soledad. Algunos pensarán que quienes dejan su país viven en un paraíso; pero... ¿se han puesto a pensar qué rodea ese paraíso?,  ¿o si en verdad es un paraíso? Sólo el que vive esta vida sabe lo que cuesta estar en este paraíso. Desde el niño hasta el anciano saben el precio de vivir fuera de su patria.

Noviembre y diciembre meses, de añoranzas, de los deseos de volver a la patria, de los sueños aún no realizados; meses en donde algunos se van a olvidar por fin de la soledad en que se vive en este país; para otros, meses donde siente más la soledad.

Soledad, pueblo de soledad.








Post scriptum 

Incluyo un recuerdo de Macaria Lázaro Ayala (Maca), la indígena purépecha, quien vivió su soledad en la Ciudad de México evocando perpetuamente a  Cuitzeo, Michoacán, de donde salió en su juventud para no regresar jamás. Aún vibran en mi corazón las palabras "Mi Cuitzeo", dichas en su ancianidad con voz quebrada. 


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