Thursday, May 12, 2016

Doña Cástula

(A la memoria de Macaria Lázaro Ayala, la india purépecha que fue el ángel custodio de mi infancia)


En la entrevista que Beatriz Zalce hizo a la egregia poeta mexicana Dolores Castro, publicada en el número 31 (4 de abril del 2016) de La Digna Metáfora, periódico cultural de la Ciudad de México, aparece una pléyade de personajes entre los que se encuentran, por citar unos cuantos de ellos, José Vasconcelos, Rosario Castellanos, Dámaso y Amado Alonso, Óscar Oliva, Roberto López Moreno, Alejandro Avilés, Javier Peñalosa, el padre Méndez Plancarte, Roberto Cabral del Hoyo... y doña Cástula.

En un pasaje de la entrevista, Beatriz Zalce dice:

"De la cocina de doña Cástula, quien lleva cincuenta años con la familia Peñalosa Castro, escapan aromas exquisitos..."

La fidelidad y el cariño de doña Cástula por la familia a la que consagró su vida y su esfuerzo me recordaron a una de las mujeres más admirables que he conocido en mi vida: Macaria Lázaro Ayala, Maca, modelo de humildad, generosidad y sabiduría que supo escuchar, comprender y consolar al chiquillo acongojado por lo que Rubén Darío, otro acongojado, sintetizó con estas palabras: "Dime que este espantoso horror de la agonía que me obsede (el sañudo infierno) es no más de mi culpa nefanda, que al morir hallaré la luz de un nuevo día".

Reproduzco aquí, en honor de aquella mujer, el poema Cástula, de Dolores Castro, publicado en el libro Viento quebrado. Poesía reunida (Fondfo de Cultura Económica. México, 2010):

 Al alba se levanta y desde entonces 
el polvo huye de tocar sus manos 
siempre prontas al orden, y esplendor. 

Si otros aman el oro, 
ella lo que brilla de limpio. 

Emparentada con la yerbabuena, el anís, 
la hojasanta, 
madre y hermana de la madreselva y el limonero 
alegría del siempre sediento jardín,
("...las plantas tienen sed 
y ellas, las pobrecitas, no saben hablar")
alma del jardín, 
alma de la casa, 
reina en su territorio, la cocina, 
brilla en el comedor, 
multiplica 
panes y peces. 

Es compañía en duelos y pesares, 
sabia en consejos, justa 
cada día.

Se llama Cástula 
y como el agua de san Francisco es
casta, limpia, clara, diáfana.


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