Thursday, April 28, 2016

Fernando del Paso, Rubén Darío y Pietro Aretino

El hecho de que el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes se haya concedido hasta este año 2016 a 2l escritores españoles y 20 hispanoamericanos recuerda la voz profética del poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) expresada en su poema Salutación del optimista: 

Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve!
porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria.

El poder reconquistado de la hispanidad ha vuelto a quedar demostrado por la entrega del galardón más importante en lengua castellana a otro escritor nacido allende la mar océano: el mexicano Fernando del Paso.

La denuncia de la situación que priva en México, expresada por Del Paso en su discurso de recepción del premio, ha provocado  descomunal controversia no solo por lo dicho, sino también por la circunstancia de haberlo hecho en el extranjero y en una ocasión, según sus detractores, poco propicia.

Cito aquí las palabras textuales del autor de Noticias del Imperio:

"Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar, continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, lo abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo. Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza. Pues bien, me trago esa vergüenza y aprovecho este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de la bautizada como Ley Atenco, una ley opresora que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, el orden público, la integridad, la vida y los bienes, tanto públicos como de las personas. Subrayo: es a criterio de la autoridad, no necesariamente presente, que se permite tal medida extrema. Esto pareciera tan solo el principio de un estado totalitario que no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza".

No es mi propósito intervenir en la polémica. Solamente quiero rechazar que se critique a Fernando del Paso por su indumentaria extravagante, sus pantalones rojos, su barba y sus anteojos oscuros como lo hizo ayer Juan Ignacio Zavala en el programa Final de Partida, de Televisa, en la Ciudad de México. Eso, cuando menos, carece de seriedad.

Tengo la convicción de que este pensamiento de Pietro Aretino (1492-1556) puede explicar la motivación de Fernando del Paso:

"Te amo y es precisamente por ello que preferiría que me odiaras por decirte la verdad a que me adoraras por decirte mentiras".











No comments:

Post a Comment