Thursday, December 17, 2015

Kraus y Alexiévich: Acompañar a los morubundos. Posdata

En la entrada anterior, intitulada Kraus y Alexiévich: acompañar a los moribundos, cité dos de los testimonios de las enfermeras soviéticas que atendían a los soldados heridos durante la Segunda Guerra Mundial, los cuales fueron recopilados en el libro La guerra no tiene rostro de mujer por la Premio Nobel  2015.

Sucumbo a la tentación de incluir, a la manera de una posdata, el relato conmovedor de María Nikolaévna Vasilévskaia, sargento de transmisiones:

 Justo entonces vino corriendo nuestra cartero, nuestra Klava, corría y gritaba: "¡No te mueras!  ¡No te mueras! Hay una carta para ti..."  Ania no cerraba los ojos, esperaba... Klava se sentó a su lado y abrió la carta. Era de su madre: "Mi querida hija..."  Más tarde el médico dijo: "Es un milagro ¡Un milagro! Siguió viva en contra de la ciencia médica..."  Le acabaron de leer la carta... Solo entonces Ania cerró los ojos".

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