Wednesday, November 30, 2016

La magia del suspenso

Edgar Allan Poe (1809-1849), uno de los escritores más importantes de la lengua inglesa, está como poeta a la altura nada menos que de sus compatriotas  Walt Whitman (1819-1892) y Emily Dickinson (1830-1886), entre otros. Como maestro de la historia corta y precursor del género detectivesco Poe tiene un sitio de mayor honor.

El autor de The Raven (El cuervo) alcanzó en la narrativa alturas similares a las de este célebre poema con historias como The Purloined Letter, (La carta robada), obra maestra y pionera del género que ha superado la prueba del tiempo y ha influido en numerosos escritores de diversas lenguas.

La literatura inglesa ha sido particularmente pródiga en cuentos y novelas de misterio. Entre las principales figuras, herederas en alguna forma de Edgar Allan Poe, se encuentran el escocés Arthur Conan Doyle (1859-1930), quien asombró al mundo con la novela A Story in Scarlet (Estudio en escarlata), en la que presentó a dos de los ms famosos personajes de la ficción de todos los tiempos: Sherlock Holmes y el Doctor Watson.

La inglesa Agatha Christie (1890-1976), una de las figuras más prolíficas de la narrativa que gira en torno de crímenes y detectives, también es  heredera lejana de Edgar Allan Poe, como lo es su compatriota Gilbert K. Chesterton (1874-1936) 

El Padre Brown, héroe de las historias de Chesterton, comparte con Sherlock Holmes una codiciable popularidad internacional. Aquel hombrecillo de inocente apariencia sabía desentrañar los misterios más intrigantes al poner en juego una claridad de pensamiento, una infalible perspicacia y un candor que provocaba que muchas personas lo toman como un tonto. En materia de inequívoca intuición,  el Padre Brown viene a ser una réplica moderna del Detective Dupin del cuento La carta robada, de Edgar Allan Poe. 

Merece una elogiosa referencia la traducción al español de los cuentos de Chesterton realizara por el mexicano Alfonso Reyes (1889-1959), intitulada El cantor del padre Brown

En la pantalla cinematográfica, el inglés Alfred Hitchcock (1899-1980), llamado El Mago del Suspenso, debe ser considerado como heredero de Edgar Allan Poe. Películas suyas como The Man Who Knew Too Much  (El hombre que sabía demasiado), Rear Window (La ventana indiscreta) y Psycho (Psicosis) son verdaderas obras maestras.

Todos los genios de la ficción mencionados en estos comentarios cuentan con un denominador común: el venturoso empeño por mantener al lector o espectador en una especie de hipnosis que le impide dejar el libro (o salir del cine) hasta saber lo que popularmente se conoce como "quién es el asesino", aun en lo casos que no haya habido crimen alguno, pero sí un misterio que resolver.


A la manera de un encore, recordaré la anécdota sobre la respuesta dada por Hitchcock al señor que le escribió para quejarse de que su esposa había quedado tan traumada por la película Psicosis que se negaba a bañarse en tina o en la ducha por el temor de que la fueran a asesinar, y  le preguntaba qué podía hacer. Esta fue la respuesta del cineasta: "¿Ya probó el lavado en seco?"


Alfinso Reyes, genial traductor de Chesterton

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