Saturday, November 19, 2016

Mexicorrerías, la Villa de Guadalupe, la Capilla del Pocito

Mexicorrerías es una empresa turística de características excepcionales porque su motivo conductor es el genuino, generoso amor por México y su empeño por dar a conocer "lo más interesante de lo menos conocido".

Algunos de sus recorridos llevan a los paseantes por los rumbos menos socorridos por el turista común, así como por otros que ofrecen aspectos insólitos, tanto en la república como en su capital.

Los viajeros de Mexicorrerías han ido por rumbos de la metrópoli en los que la marginación y el interés sociológico se hermanan, pero también realizan vuelos en helicóptero sobre la esplendorosa urbe cuya fama y gloria permanecerán mientras dure el mundo, según la vieja profecía.   

Uno de los primeros viajes citadinos de Mexicorrerías en el 2017 l se llama "Por el rumbo de la Villa". Se trata de un paseo por el norte de la Ciudad de México que les llevara diez horas y cuenta con este programa: 

EL TECPAN + El que fuera palacio virreinal de Cuauhtémoc, en Tlatelolco, conserva siete arcos invaluables del siglo XVI. Y uno de los murales menos conocidos de Siqueiros, dedicado a Cuauhtémoc.
 
EL MONUMENTO DEL EDIFICIO NUEVO LEÓN + Recuerda a las víctimas de la caída del edificio en el terremoto de 1985.
 
CALZADA DE LOS MISTERIOS + Son 15 monumentos únicos, dedicados al rosario católico, tan altos como antiguos (1675), situados a lo largo de la avenida del mismo nombre.
 
EDIFICIO MIER Y PESADO + Una cuadra entera abarca este elegante colegio de 1926, joya arquitectónica del más puro estilo arquitectónico art deco (estilo muy geométrico). Aquí se filmó no hace mucho la película Obediencia perfecta, acerca de la vida de Marcial Maciel.
 
ESTACIÓN DEL TREN DE LA VILLA + Ya es histórica, de 1907, y desde 2006 es el Museo de los Ferrocarrileros. Tres locomotoras de vapor  se exhiben en su patio.
Hora del tentempié con auténticas gorditas de Torreón (de harina de trigo rellenas de guisados).


EN LA VILLA:   

CAPILLA DEL POCITO + Esta joya de templo barroco en La Villa, tan pequeño como elegante, luce vistoso azulejo en su cúpula y forma única: circular. En su interior presume retablos dorados barrocos asombrosos.
 
No podemos dejar de mencionar y visitar los principales templos de La Villa: las Basílicas de Guadalupe antigua y moderna, el templo de Capuchinas, la capilla de Juramentos, capilla de Indios, el Reloj del Atrio. También veremos los arreglados y muy vistosos jardines y esculturas en las laderas del cerrito de La Villa.

COMIDA BUFET EN RESTAURANTE OAXAQUEÑO + Después de las iglesias, a pecar un poquito de gula: disfrutaremos auténtica comida de Oaxaca en un bufet representativo de ella en el afamado restaurante Tanguyú (desde 1988): memelitas, tlayuditas, sopa mixe, arroz, mole negro con pollo deshebrado, amarillo de res con carne deshebrada, tasajo, cecina, chorizo, taquitos, chiles rellenos, agua de horchata o jamaica, postre y café.
 
MUSEO DEL CHOCOLATE + Toda la historia y características de tan simbólica y mexicana bebida se muestran en esta casona elegante y porfiriana. Si el antojo es muy fuerte, la cafetería ofrece buen chocolate para beber y panes.

                                      




                          La obra arquitectónica más linda del Nuevo Mundo
 
Evidentemente, la visita de los viajeros de Mexicorrerías a la Capilla del Pocito en el recorrido mencionado constituirá para algunos de ellos el punto de mayor interés. Digamos, pues, algo sobre ella:

Este templo fue construido de 1777 a 1791 por Francisco de Guerrero y Torre. Su nombre hace referencia al manantial de aguas azufradas que se encontraba cercano a ella y al pozo que había ahí todavía en una época relativamente reciente. El insurgente José María Morelos y Pavón se detuvo a orar en la capilla cuando le conducían al paredón de fusilamiento en Ecatepec.

 José Vasconcelos (1882-1959) escribió en su libro En el ocaso de mi vida este elogio: "La llamada Capilla del Pocito, de estilo mudéjar, es la obra arquitectónica más original y más linda de todo el Nuevo Mundo".


Así soñaba este hombre uns gran biblioteca para México: "Quiero una Capilla del Pocito con una cúpula de cuarenta metros de diámetro, como la de San Pedro en Roma". Esto lo recuerda Enrique Krauze en un ensayo intitulado "José Vasconcelos, la grandeza del caudillo", publicado en Letras Libres en el año 2000.



No comments:

Post a Comment