Tuesday, June 5, 2018

Jennifer Higdon en el radar

Cartas a Hugo desde Soledad 


Soledad, California, 5 de junio del 2018 

Querido Hugo, 

Te agradezco que hayas escrito sobre Jennifer Higdon porque a pesar de la evidente notoriedad de esta compositora estadounidense nacida en Brooklyn en 1962, mi radar no la había detectado.

Escuché atentamente el Concierto para viola del que analizas el segundo movimiento y también lo hice con el Concierto para oboe. Otras obras suyas las escuché de pasadita.

Todavía no me he formado una opinión definitiva de aquellas obras, pero una apreciación aprorística me deja un poco desconcertado. Por una parte, su voz no podría ser más tradicional tanto en la orquestación como en el aspecto armónico. Todo esto lo digo sin dejar de festejar algunas ocurrencias notables y sin omitir una alabanza a deliciosos pasajes en los que recurre al lenguaje del jazz.

Desde luego, la concepción de la forma concerto me parece novedosa al convertir la obra en una sinfonía con un instrumento obligado. Lejos de recurrir a una orquestación de tipo camerístico, todo parece transcurrir en un tutti. En este sentido, disfruté genuinamente el Concierto para oboe porque la voz cautivadora de este instrumento se escucha casi ininterrumpidamente a lo largo de la obra. Me parece que en esto se asemeja al Concierto para trombón y orquesta de Carlos Chávez, en el que solo en unos compases deja de intervenir el instrumento solista.

En fin, a pesar de haber sufrido un ataque inicial de misoneísmo, me parece que las partituras de Jennifer Higdon merecen una audición consciente y empática.

Lo haré, gracias nuevamente. Ya empecé, entre otras obras, por el Concierto para percusiones.



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