Monday, October 17, 2016

Chopin, el bienamado


Al concluir la interpretación del Preludio número 24 del opus 28 de Chopin, ofrecido de encore por el virtuoso  que había sido solista de la Orquesta Filarmónica de la UNAM en la Sala Nezahualcóyotl de la Ciudad de México, una pareja de mediana edad salía del recinto durante el intermedio. Al ver que su marido tenía una sonrisa radiante, la señora le dijo con una actitud que oscilaba entre la empatía y el ludibrio: "Ah, sí... a ti te gusta mucho Chopin porque es muy facilito".


A pesar de la aparente intrascendencia de esa escena, una y otra reacciones resumen la actitud extrema de quienes consideran que la música de Chopin es parte de su vida y la de quienes no escuchan en ella más que pegajosas melodías de un romántico de salón.

Hoy, 17 de octubre del 2016, se cumplen 167 años de la muerte de Fryderyk Franciszek (1810-1849), el músico tan amado por algunos melófilos como incomprendido y aun menospreciado por otros.

Hay quienes ni siquiera lo consideran un verdadero compositor porque no abordó, salvo algunas excepciones, las grandes obras y casi toda su música fue escrita para el piano.  En este caso se encuentra René Leibowitz (1913-1972), el famoso músico polaco nacionalizado francés, maestro, director de orquesta y promotor de la Segunda Escuela de Viena, quien aseguraba que Chopin "fue un simple amateur, un aficionado a la composición". 

Quede dicho entre paréntesis que Leibowitz tuvo contra el finlandés Jean Sibelius (1865-1957) una opinión no menos lapidaria: "Es el peor compositor del mundo". 

No es mi propósito dedicar esta entrada del blog a una antología de elogios. Baste por ahora citar el testimonio de algunos enamorados de la música de Chopin.

 Ástrid Morales Torres, pianista mexicana que ha tenido una codiciable trayectoria en su patria y en Estados Unidos, contaba trece años de edad cuando convenció a sus padres para que la llevaran no a Disneylandia, sino a Polonia porque ansiaba conocer la casa natal de Chopin en  Zelazowa Wola, a 60 kilometros de Varsovia.

A la edad de 21 años, Kate Liu, estadounidense nacida en Singapur, ganadora del tercer premio del XVII Concurso Internacional Fryderyk Chopin de Varsovia, en 2015, y  premio de la Radio Polaca por la mejor interpretación de mazurcas, comentó en una entrevista: 

"Chopin conquista el corazón de los hombres. Generación tras generación seguirá siendo uno de los compositores más amados".

                                   Kate Liu 

Esta opinión de Kate Liu recuerda la de Mario Lavista (1943),  el gran compositor y maestro mexicano por antonomasia, miembro de El Colegio Nacional, quien con estas palabras principia su ensayo intitulado Chopin, nuestro contemporáneo:

"La obra de Chopin ha ocupado siempre un lugar privilegiado en el gusto y en la memoria de los amantes de la música y de los propios músicos. No creo que haya alguien que no conozca y ame su música, del mismo modo que no puede haber tal cosa como un pianista ajeno a su obra".

De la universalidad de la música de Chopin se encuentra en estos datos una  corchea de muestra: 

En el XVII Concurso Internacional Fryderyk Chopin, en el que participaron163 jóvenes de numerosos países, los tres primeros premios fueron para un sudcoreano, un canadiense y la estadounidense de ascendencia china.



Coda

Un contemporáneo de compositor polaco sentenció: "Todos pertenecemos a la iglesia de Chopin: no solo lo amamos, sino que también nos amamos en él".


      Retrato de Chopin que Delacroix dejó  inconcluso



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