Monday, October 24, 2016

Ernesto Ortiz Paniagua: la última entrevista a Vasconcelos



Hoy, 24 de octubre del 2016, se cumple un año del fallecimiento del poeta y periodista Ernesto Ortiz Paniagua, nacido en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en 1939, de quien dijo el historiador y académico Paco Prieto: "Hombre modesto, tímido y complejo, ha sido uno de los mayores poetas religiosos mexicanos del siglo XX. Y vaya que México ha tenido grandes poetas religiosos en el siglo XX y en lo que va del XXI".


A reserva de que consagre una entrada de este blog a la semblanza de este ser humano excepcional, en homenaje y recuerdo suyo comentaré ahora un documento periodístico de gran valor histórico: la última entrevista concedida por José Vasconcelos, publicada por Ernesto Ortiz Paniagua el 5 de julio de 1959, cinco días después de la muerte del autor de Ulises criollo, en la revista Señal, de la Ciudad de México.

A manera de introducción, haré una breve referencia a la revista Señal, ya desaparecida, con la que colaboraron, además de Ernesto Ortiz Paniagua, escritores y periodistas como Horacio Guajardo, Vicente Leñero, Fidel Samaniego, Alejandro Avilés, José N. Chávez (Josene), Manuel Pérez Miranda, Guadalupe Chavez Villafaña y Alberto Barranco Chavarria, entre otros. 

Desde 1954, año de su fundación, su lema fue "La revista digna de entrar en su hogar" y su esencia, católica. El autor de este blog, cronista de música de Señal durante muchos años, puede dar testimonio de la absoluta libertad de expresión de la que siempre gozamos, así como del respeto que tuvieron los directores por la pluralidad de criterios.

                                                       La entrevista

Sobre cuestiones de fe, comenzó Ernesto Ortiz Paniagua su interrogatorio a Vasconcelos:

--¿Por qué es usted católico?

 --Por nacimiento, por convicción, por sangre y por gusto.

--¿Qué  lo llevó al catolicismo?

--Mis padres en el bautismo.

--¿Se puede hablar de una conversión?

--No, esto lo he explicado muchas veces. Pude haber incurrido en desviaciones y aun en herejías, pero nunca renegué del Cuerpo Central de la Doctrina. 

A continuación, la entrevista giró en torno de innumerables cuestiones filosóficas.

A la pregunta de Ortiz Paniagua sobre los libros que estaba leyendo actualmente el autor de La raza cósmica, así como de sus poetas y novelistas contemporáneos, respondió:

--Ya le señalé los autores filosóficos que me han interesado en los últimos años. Los poetas y novelistas que usted me cita son interesantes, pero moriré con mi juicio contra los poetas, aunque siempre he hecho excepción del Dante, y solo porque lo leí en prosa. No quiero, sin embargo, dejar de decir que el antipático de Graham Green, en su novela sobre Tabasco, me parece genial y creo que México le debe mucho.

Sobre la pregunta relacionada con los santos que más admiraba, respondió:

--En un tiempo porofesé el exclusivismo franciscano. Después he comprendido que para la brutalidad de la lucha que hay que desarrollar, es superior San Ignacio; de suerte que he acabado en jesuita. 

Dos respuestas de Vasconcelos resultan particularmente polémicas: la primera de ellas es su opinión sobre los poetas. Curiosamente, en sus años crepusculares, dejó un poemario intitulado Letanías del atardecer, hecho que a diversos observador pareció contradictorio. Y lo que es peor, de poca profundidad

Más contradictoria fue, sin embargo, la última respuesta de la que sería la última entrevista de su vida, concedida tres días antes de su muerte:

--¿Que qué consejo le daría a la juventud? No creo en la juventud. Se empieza a tener conciencia en los treinta años.





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