Tuesday, May 26, 2015

Eduardo Diazmuñoz en México

Desde Australia recibo de vez en cuando mensajes de Eduardo Diazmuñoz, el gran músico mexicano que prosigue en ese país su labor pedagógica, ahora como director de la Orquesta Sinfónica del Sydney Conservatorium of Music.

Entre esos mensajes destaca su relato sobre la "peregrinación"  a la tumba de Igor Stravinsky, nuestro muy admirado genio del siglo XX, en su amada Venecia.

En esta ocasión, el correo enviado por Eduardo Diazmuñoz no ha provenido de la ciudad de Sydney, situada casi en el antípoda, sino de la Ciudad de México, de la que nada más me separan 3,700 km.

Así dice el mensaje dirigido a colegas y amigos: 

"Les adjunto la convocatoria que acaba de lanzar Conaculta para los talleres que impartiré en el Conservatorio Nacional los días 16 y 18 de junio de este año 2015, a la semana siguiente de mis conciertos con OFUNAM. El programa “La Hora del Conservatorio” se llevará a cabo el miércoles 18 en el mismo Conservatorio.

"¡Ojalá y los pueda saludar personalmente en la Neza o en el Conser!"

Recuerdo con afecto la amistad con Eduardo Diazmuñoz desde el tiempo en que fue director asociado de la OFUNAM y sobre todo en aquellas temporadas al frente de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), que yo disfrutaba en el municipio conurbado de Naucalpan.

Siempre lo admiré por su entusiasmo y por su infatigable promoción de la música mexicana y latinoamericana. Recuerdo que estrenó entre otras obras la versión orquestal del Angelus, de Miguel Bernal Jiménez, y que la OSEM incluyó en una de sus inolvidables temporadas el estreno en México de la Sinfonía "A la memoria de un caminante", del chileno Juan Orrego Salas, así como la Primera Sinfonía en Re mayor para gran orquesta de Julián Carrillo (estrenada en Leipzig en 1901), anterior a las obras del llamado Sonido 13.

Desde este "siempre añorado" estado de California, como le llama él, le envío el más afectuoso saludo y mi propósito se seguir atento a su carrera.

Precisamente anoche leía el testimonio de Diazmuñoz sobre Luis Herrera de la Fuente, incluido en el el libro Luis Herrera de la Fuente. Su entorno. Su vida su legado, de Fernando Díez de Urdanivia, recientemente publicado por LUZAM.

Entre otras cosas, el maestro Diazmuñoz  afirma:

"Luis Herrera de la Fuente, compositor, director, promotor, organizador, coordinador, hombre de una vasta cultura con quien siempre, ineludiblemente, uno tenía mucho que aprender –y aprehender– en cualquier conversación, siempre con un humor agudo y un sentido profundo de reflexión en todas y cada una de sus observaciones. 

"Efectivamente, la vastísima cultura de Luis siempre fue avasalladora y deslumbrante, una fuente inagotable de instrucción y luminosidad que bañó a todos los que tuvimos la fortuna de estar en contacto con él.

"Gracias maestro Herrera de la Fuente por todo lo que nos dejaste. Tu presencia física es extrañada profundamente, pero esa añoranza de tenerte entre nosotros, es compensada con el enorme legado que perdurará en el devenir de nuestro querido México a través de tu obra. Eres parte fundamental de la historia de la cultura nacional".

Por ahora, me quedo con estas palabras de Eduardo Diazmuñoz y con aquellas viejas añoranzas musicales en las que él estuvo en el centro.

Posdata. El maestro Diazmuñoz me aclara que escribió su mensaje cuando todavía se encuentra en Sidney.

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