Sunday, August 25, 2019

En la Puerta de Brandenburgo

Para Fanny Contreras 


La Sinfonía número 9 en re menor, denominada Coral opus 125 de Ludwig van Beethoven (1770-1827) es una obra que ha acompañado a lo largo de su existencia a una multitud que va desde los melómanos más sofisticados hasta los aficionados más sencillos.

La melodía del "Himno a la alegría", que  en los Juegos de la XIX Olimpiada México 1968 representó a las dos repúblicas de la entonces dividida Alemania ha sido adoptada en muchas partes del mundo porque la letra que lo inspiró exalta la fraternidad universal:

¡Abrácense, millones de seres!
(Seid umschlungen, Millionen!)

"Todos los hombres serán hermanos". 
(Alle Menschen werden Brüder) 

Para expresiones como estas, tomadas de la Oda a la alegría, de Friedrich Schiller (1759-1805), creó Beethoven una música deliberadamente sencilla y cautivadora, de ahí su inmensa popularidad. Y lo hizo tras tres movimientos de una intensidad que contiene el aliento.

La Novena sinfonía, hay que insistir, es un legado universal que trasciende la época y la nacionalidad de su creador, como son también el Quijote, Hamlet, la Divina comedia o la Ilíada y la Odisea

Es la Novena sinfonía, en otro orden de ideas, un tesoro  para la cultura de la humanidad como lo son para el planeta la Amazonia, su principal pulmón, y el Mar de Cortés, considerado el acuario del mundo  por Jacques-Yves Cousteau (1910-1997).  

Dada la excepcional importancia de la Novena sinfonía, el concierto de la Filarmónica de Berlín realizado el sábado 24 de agosto de este año en la Puerta de Brandenburgo, símbolo de Berlín y de la misma Alemania, se ha convertido en un acontecimiento histórico: no solamente asistió a él una enorme multitud, sino que fue transmitido en vivo por internet a todos los países del orbe. 

A las 8 de la noche, hora de Berlín; 2 de la tarde de Nueva York; 3 de la madrugada del sábado 25 de Tokio; 1 de la tarde en Monterrey, Mécico; 11 de la mañana en California; 3 de la tarde en Buenos Aires... comenzó esta fiesta universal constituida exclusivamente por la Novena sinfonía, dirigida por Kirill Petrenko. 

La fiesta culminó con la "Oda a la alegría", del cuarto movimiento que invita al abrazo de todos los seres humanos. ¡Gracias, Beethoven"

Muy significativo es el hecho de que el director titular de la Filarmónica de Berlín, Kirill Petrenko, es un músico nacido en la Unión Soviética 27 años después de la caída de Berlin, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, y solamente 18 años antes de que se festejara en 1990 la reunificación de Alemania, en la Puerta de Brandenburgo, símbolo del país que se levantó de sus cenizas.

Qué afortunados fuimos quienes tuvimos la dicha de acompañar a la multitud desde nuestras pantallas en este concierto que quedará para perpetua memoria, ya. que tiene el efecto de una bienhechora brisa de esperanza que en algo alivia la asfixiante atmósfera que suele cernirse sobre muchos países.

¡Abracémonos millones de criaturas!

Post scriptum 

Agradezco a Josefina Cabrera-Moreno su auxilio cibernético gracias al cual pude disfrutar este concierto. 








2 comments:

  1. ¡Lo sabía, lo sabía! Usted iba a ser el más feliz de escuchar a la Filarmónica de Berlín y su primer concierto de la temporada 19/20.

    Le mando un abrazo grande y... ¡que viva la música!

    Fan

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  2. Aprendo muchas cosas al leer su blog! Lo único que no me gustó fue que discriminó a México al mencionar la hora del concierto. Le saluda su alumna Sara Barrera desde Monterrey!

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