Saturday, February 29, 2020

Agustín Lara


             Finalmente, lo quiso Dios


En la infancia y adolescencia, mi "folclore urbano" estuvo impregnado por las canciones de Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino.

En una ocasión en la que iba por la calle de la mano de mi padre, se detuvo a comprar el Excélsior y me enseñó un encabezado que decía: 

"Agustín Lara, como caballero, acepta su derrota sentimental". 

Así daba cuenta el periódico del rompimiento con María Félix .

En otra ocasión, mis tíos invitaron a papá y mamá al centro nocturno El Patio, de la Ciudad de México,  muy prestigiado porque, entre otros personajes de renombre, solía actuar Agustín Lara. 

Me contó mi madre que durante su presentación, el músico poeta hizo una pausa en sus interpretaciones para decir a la concurrencia que como era muy respetuoso de las creencias religiosas, no deseaba ofender a nadie con esta expresión de su canción Palabras de mujer: 

"Aunque no quieras tú, ni quiera yo, ni quiera Dios, hasta la eternidad te seguirá mi amor".

 Por tanto, quería saber si consideraban conveniente que la modificara. A gritos, la multitud prorrumpió: "Déjala así". 

Aun cuando mi madre se opuso a la opinión generalizada, como también lo hicieron mi padre y mis tíos, ella se consideró cómplice, lo cual le produjo gran angustia.  Esa noche, tuvo una pesadilla en la que unos ángeles, portadores de mangueras de fuego, exterminaban a todos los blasfemos asistentes.

Semanas después, se sintió aliviada cuando  Agustín Lara optó por decir:


"Aunque no quieras tú, ni quiera yo, lo quiere Dios".










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