Tuesday, October 27, 2015

Cosecha de letras (momoxcas)

Cosecha de letras (momoxcas) es un libro que, si recurriéramos a una frase gastada, diríamos que "todavía huele a tinta".

El olor a tinta no lo perdió en el trayecto de 3,500 km, vía Correos México, desde 
Malacachtépec Momoxco hasta la ciudad de Soledad, situada en el corazón del Valle de Salinas, en la costa central californiana.

Antes de proseguir, conviene precisar que Malacachtépec Momoxco es el nombre de una confederación de pueblos de origen náhuatl que vivían desde la época prehispánica en la vertiente norte de la sierra de Ajusco-Chichinauhtzin.

En la Colonia, los españoles residentes en el valle situado entre los volcanes Tláloc y Teutli, el cual había constituido el centro de la federación momoxca, lo llamaron Milpa Alta, nombre que se conserva, a pesar de que la eufónica denominación náhuatl Malacachtépec Momoxco perdura orgullosamente en el habla de estos milpaltenses que tienen a la lengua de sus antepasados en el más alto de los honores.

Es Milpa Alta una de las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal, la más distante del corazón de la Ciudad de México y la más sureña. Como quiera que sea, Milpa Alta forma parte de la gran metrópoli, una de las más grandes y pobladas del mundo, puesto que en la actualidad los términos Distrito Federal y Ciudad de México son prácticamente equivalentes.

En la presentación que hace Juana Reyes, compiladora de esta cosecha literaria, recuerda las palabras de Abigael Bohórquez, el poeta sonorense que hizo suyo a Malacachtépec Momoxco por derecho de amor: "En Milpa Alta nunca pasa nada", lo que me recuerda las palabras del tabasqueño Carlos Pellicer, referidas a otro lugar: "Aquí no suceden cosas de mayor trascendencia que las rosas".

 Ahora sí que están ocurriendo cosas en la región milpaltense que vive un renacimiento cultural como lo demuestra, entre otras cosas, este libro nacido gracias al entusiasmo con el que promueve la cultura la maestra Reyes, quien actualmente participa en el Programa Niños Talento, a los que imparte Creación Literaria en el DIF Tláhuac.

Tiene razón la maestra Teresa Dey en el prólogo de este libro, al que dio el nombre de Los xilotes momoxcas, cuando afirma que "le parece un acierto titular un libro Cosecha de letras, (porque es) producto del cultivo de la palabra desde un taller literario llamado Sembradores de la Semilla, precisamente en la preciosa y fértil tierra de Milpa Alta".

No menos acertado es el epígrafe que recoge estas palabras de Marguerite Yourcenar:

La lectura es un acto de apropiación.
     La escritura es un acto de amor.

Sesenta y cinco páginas recogen relatos, vivencias, poemas y pensamientos de los talleristas, cuyas edades van de los años de la temprana juventud hasta los ocho, recientemente cumplidos por Sarita Longines, precoz cuentista, pasando por Itza Chavira, de catorce.

La mayoría de los autores son profesionistas: Martha Retana, Makario Xochime, Yoliztlixóchitl y Tonatiuh Guerrero.

Aurora Nataniel Chavira es pasante de la carrera de Médico Veterinario y Zootecnista. Es la única mujer en Milpa Alta que trabaja la forja artística y, adicionalmente, construye casas orgánicas; es decir: elaboradas con tierra y piedra.

En una próxima entrada analizaré algunos de los textos sobresalientes de este libro, entre los que se encuentra La Llorona del Momoco, de Yoliztlixóchitl, infatigable promotora de la cultura. Entre las actividades notables suyas se encuentra, por mencionar una sola de ellas, el montaje de la pastorela La caja misteriosa, presentada en los doce pueblos de Milpa Alta.                          


     
                               
    Diseño de portada: Flor Liliana Chavira Reyes
     Ilustración de portada: Makario Xochime                               





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