Saturday, June 13, 2015

I love Steinbeck


"¿Será cierto que Steinbeck comía aquí, como lo anuncian ustedes en la vitrina de este establecimiento?", pregunté a la mesera que me atendía.

La empleada del Sang's Cafe, en Salinas, la ciudad californiana cuna del escritor, se acercó a mí, cubrió parcialmente sus labios con la palma de la mano y me susurró al oído: "Steinbeck no comía... ¡bebía!"

Vaya que bebía el autor de Grapes of Wrath (Las viñas de la ira). Así lo confiesa él mismo en un pasaje del libro Travels with Charley in Search of America (Viajes con Charley en busca de Estados Unidos):

“Pues he vivido siempre violentamente, bebido desmedidamente, comido demasiado o nada en absoluto, dormido veinticuatro horas seguidas o pasado dos noches sin dormir, trabajado demasiado duro y demasiado tiempo sintiéndome en la gloria o haraganeando en la vagancia absoluta una temporada”.

En otro parte del libro se encuentra el curioso relato de una situación ocurrida casi al principio del viaje con Charley, su canino compañero. Estaban en Connecticut y se dirigían hacia el norte durante una tarde de fines del otoño.

Previendo la posibilidad de tener que invitar a una persona a tomar un trago a bordo de Rocinante, su camioneta acondicionada de casa rodante, decidió buscar una vinatería. Le atendió en ella un hombre de rostro severo, evidentemente un abstemio, a quien pidió sendas botellas de whisky americano,  whisky escocés, ginebra, vermut, vodka, brandy y sidra, así como un cartón de cervezas. 

Aclara el autor que no trataba de depender del alcohol, pero dado el caso quisiera ser cordial con sus posibles huéspedes  a lo largo de la travesía. Adicionalmente, pensó en que no sería conveniente desdeñar las lindas vinaterías encontradas  al borde de la carretera y, sobre todo, sería  preciso ser previsor: quizá en otros estados fueran abstemios y le prohibieran el acopio de botellas.

Concluye el relato con el comentario del vinatero, asombrado porque su pequeña tienda hubiera logrado una venta tan grande:

"Qué fiestón va tener, ¿verdad?"  A lo que Steinbeck respondió: "Nada de fiesta, es un abastecimiento para el viaje".

No fue el suyo un caso de alcoholismo, pero Steinbeck sí fue lo que en Estados Unidos llaman un "heavy drinker". Ernest Hemingway, otro gran bebedor, ilustre colega suyo y también premio Nobel, relataba que en sus propios recorridos por las carreteras españolas siempre llevaba una buena dotación de vino tinto... y una a anforita de coñac "para las emergencias".

..... 

Sea este mi primer comentario sobre Travels with Charley in Search  of America, uno de los libros que más he disfrutado en mi ya larga vida. De él dijo el español José García Chamorro en su blog intitulado "Lecturas inquietantes" lo siguiente: 

"Tal vez me repito con demasiada frecuencia cuando digo que tal o cual escritor es uno de mis autores preferidos. Pero es que tengo muchos, la verdad. Y cuando ahora diga que John Steinbeck es uno de mis escritores preferidos, creedme, hablo en serio. Para mí John Steinbeck está en el Olimpo de la Literatura Universal, aunque esta necedad me la acabe de inventar".

Cito y avalo. En otras palabras, hago mía esta opinión. Sí, señor. Por esta razón, mi automóvil ostenta en la parte trasera esta confesión;

                                    I love Steinbeck 







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